jueves, 9 de octubre de 2014

Conservadores 

se alinean para frenar el Sínodo

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Son estos personajes los que coordinados por el otrora poderoso cardenal Sodano y Müller, los que se aprestan a dar una batalla al interior del Sínodo...(Jaime Escobar).

 

Es indiscutible que impactó la fuerza de la palabra evangélica al inicio del Sínodo de la Familia. La mayoría de los padres sinodales e invitados quedaron gratamente sorprendidos tanto por la homilía de inauguración del Papa Francisco cuando señala, por ejemplo, “no frustrar el sueño de Dios”, como por la contundente alocución del relator general del Sínodo, cardenal Peter Ërdo.
También ha sido gratificante escuchar intervenciones en la línea de lo ya expresado por el Papa en temas relativos a la Familia y sus dificultades en este nuevo siglo y los apoyos a uno de los puntos cruciales cual es la realidad eclesial de los separados y vueltos a casar. Ya se escuchó en el aula sinodal una palabra de avanzada y libre expuesta por el P. Adolfo Nicolás, general de los  jesuitas: «Puede haber más amor cristiano en una unión canónicamente irregular que en una pareja casada por la Iglesia».  
Considerando que hay un buen ambiente de escucha y de esfuerzo por expresar con libertad los diversos puntos de vista sobre cuestiones que afectan directamente a las familias, no se puede dejar fuera de lo que acontece hoy en Roma, un punto de quiebre que existe y que en cualquier momento puede aflorar con inusitada fuerza y no poca coordinación extra e intra sala sinodal. Es la voz del sector más conservador de la Iglesia que tiene, todavía, un buen margen de acción para frenar algunas importantes decisiones que sí quiere una mayoría de obispos participantes en sintonía con el pueblo de Dios esparcido por todo el mundo.
Voces autorizadas y conocedoras, por años, de la compleja estructura vaticana conservadora y sus nexos con prelados hoy fuera del circuito sinodal, coinciden en que estas voces emergerán en momentos clave de las resoluciones o acuerdos finales del Sínodo. Además, es correcto decir que no se han cerrado del todo las heridas que han dejado los diversos enfrentamientos entre sectores curiales durante todo el tiempo del cardenal Ratzinger en el trono de Pedro y que, detonaron, finalmente su dramática dimisión al papado.
Teniendo en cuenta que no participan  del Sínodo cardenales marcadamente conservadores y que por esta razón miran con distancia, por ejemplo, la exhortación Evangelii gaudium, como es el caso de Tarcisio Bertone, Giovanni Battista Re, Camilo Ruini, Stanislaw Dziwisz, Julián Herranz, Antonio Rouco, Giacomo Biffi, Juan Luis Cipriani y otros, su palabra e influencia sí tienen cierto eco hoy en diversas instancias vaticanas afines a continuar con un moralismo duro y desafiante.
Despejando el factor externo del Sínodo, nos encontramos con una serie de nombres que sí están en pleno ejercicio en diferentes círculos de poder del vaticano. Son estos personajes los que coordinados por el otrora poderoso cardenal Angelo Sodano,  hoy se aprestan a dar una batalla al interior del Sínodo, defendiendo posturas apegadas rígidamente más a la doctrina que al principio de la misericordia pedido por el propio líder mundial de la Iglesia Católica que es Francisco.
Tal es así que influyentes cardenales como Gerhard Ludwig Müller, que acaba de conceder tribuna mediática al obispo Bernard Fellay de laFraternidad S. Pío X en que critica abiertamente al cardenal Walter Kasper por su postura de comprensión evangélica respecto a la comunión para los separados y vueltos a casar, se suman los nombres de Raymond Leo Burke,  George Pell, André Leonard de Bruselas, Carlo Cafarra de Bolonia, Velasio de Paolis, Walter,  Brandmüller  y obispos como George Ganswein, Celso Morga Iruzubieta, Jaime Silva, Carlos Aguiar (Celam) y más de algún otro latinoamericano. Todos, apuestan a que no puede pasar el capítulo “divorciados vueltos a casar” y, bajo ninguna circunstancia, otro punto crucial y meditado largamente por el Papa Francisco; la revisión del celibato obligatorio por una decisión, en conciencia, opcional…¿Podrá más el poder de la estructura que la misericordia?
Esa pregunta tendrá respuesta la próxima semana cuando vaya concluyendo este Sínodo que pretende ser una luz de esperanza para millones de católicos y personas de buena voluntad que sí buscan y creen en la transparencia y verdad del Evangelio de Jesús, pero toman distancia ante las reiteradas muestras de una Iglesia más castigadora que misionera y que debe estar al servicio de una auténtica pastoral no excluyente y sin fronteras restrictivas.
 “El sueño de Dios siempre se enfrenta con la hipocresía de algunos servidores suyos. Podemos «frustrar» el sueño de Dios si no nos dejamos guiar por el Espíritu Santo. El Espíritu nos da esa sabiduría que va más allá de la ciencia, para trabajar generosamente con verdadera libertad y humilde creatividad…”. (Papa Francisco - Homilía en inauguración del Sínodo de la Familia).
Jaime Escobar M.
Consejo Editorial de revista Reflexión y Liberación - Chile.

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