REZAR EL PADRE NUESTRO,
DESPUÉS DE FREUD
¿La relación con Dios "Padre", "infantiliza" o hace "adultos"?
DISTINGAMOS entre
el Dios del "niño"
y el Dios de "Jesús"
* El
Dios del niño es un Dios “PROVIDENCIA-MÁGICA”
Está ahí para
gratificar y para hacer soportable la dureza de la vida.
El Dios de Jesús es el que nos remite a la
realidad, y prefiere
dinamizarnos para que nosotros mismos trabajemos en un intento de solución.
* El Dios del
niño es un Dios “EXPLICA-MUNDOS”.
Pretenden tener una respuesta
totalizante en su fe que no deja dimensión alguna de la vida sin respuesta.
El Dios de Jesús no vino a darnos explicación. El creyente no está en
una situación de privilegio con respecto a los que no tienen fe. Sólo le
diferencia la esperanza que le supone el saberse acompañado por Dios...
* El
Dios del niño es un Dios de prohibiciones. El Dios del tabú es un Dios
construido a la medida del temor.
El Dios de Jesús, sólo pretende el bien del hombre. No es ambiguo como el Dios infantil ni pretende, por tanto, inspirar
temor en nosotros: “el amor echa fuera el temor” (1 Jn, 4,18).
* El
Dios del niño desconoce la muerte: El niño pregunta “si los
padres mueren”; pues en sus progenitores proyecta sus sentimientos de
omnipotencia, le resulta costoso aceptar la limitación.
El Dios de
Jesús, concede un lugar a la muerte. El Dios de Jesús, que no
liberó a su Hijo de ninguna de las condiciones de la existencia humana, tampoco
lo liberó de la muerte como momento esencial de esa misma condición.
Saludos cordiales.
Juan Manuel
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