jueves, 21 de julio de 2016

REZAR EL PADRE NUESTRO, 
DESPUÉS DE FREUD


¿La relación con Dios "Padre", "infantiliza" o hace "adultos"?


DISTINGAMOS entre
el Dios del "niño
 y el Dios de "Jesús"


* El Dios del niño es un Dios “PROVIDENCIA-MÁGICA”
Está ahí para gratificar y para hacer soportable la dureza de la vida.
El Dios de Jesús es el que nos remite a la realidad, y prefiere dinamizarnos para que nosotros mismos trabajemos en un intento de solución.


* El Dios del niño es un Dios “EXPLICA-MUNDOS”.
Pretenden tener una respuesta totalizante en su fe que no deja dimensión alguna de la vida sin respuesta.
El Dios de Jesús no vino a darnos explicación. El creyente no está en una situación de privilegio con respecto a los que no tienen fe. Sólo le diferencia la esperanza que le supone el saberse acompañado por Dios...


* El Dios del niño es un Dios de prohibiciones. El Dios del tabú es un Dios construido a la medida del temor.
El Dios de Jesús, sólo pretende el bien del hombre. No es ambiguo como el Dios infantil ni pretende, por tanto, inspirar temor en nosotros: “el amor echa fuera el temor”  (1 Jn, 4,18).


* El Dios del niño desconoce la muerte: El niño pregunta “si los padres mueren”; pues en sus progenitores proyecta sus sentimientos de omnipotencia, le resulta costoso aceptar la limitación.

El Dios de Jesús, concede un lugar a la muerte. El Dios de Jesús, que no liberó a su Hijo de ninguna de las condiciones de la existencia humana, tampoco lo liberó de la muerte como momento esencial de esa misma condición.


Saludos cordiales.
Juan Manuel

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