Je suis le prêtre.
Mucho más que el asesinato de un cura
Xabier Pikaza
El asesinato de Jacques Hamel, en una iglesia de Normandía, mientras celebraba la eucaristía, rodeado por un pequeño grupo de cristianos, no ha sido un gesto absurdo,como algunos han podido pensar y decir, sinoun acontecimiento de máxima racionalidad social y religiosa.
Yo me atrevería a decir que, mirado desde el occidente, de pasado cristiana, ésta ha sido, hasta el momento, la más significativa y provocadora de todas batallas de Isis. Sólo quedaría por delante el asesinato de un grupo de obispos o del mismo Papa.
Ciertamente, no es el comienzo de una tercera guerra mundial, en el sentido convencional del término (las armas de Isis no son por ahora las de USA, Rusia o China…), pero es el signo de un tercer tipo de guerra, cuyas marcas están apareciendo por doquier, desde USA hasta China, pasando por Oriente Medio, África Central o Europa… No es una guerra de religiones como tales, es la Guerra de la Religión.
Ha sido un salto cualitativo, en la guerra de ISIS contra un tipo de occidente:
Ha sido un salto cualitativo, en la guerra de ISIS contra un tipo de occidente:
-- Tras el ataque contra cierta prensa satírica (Ye suis Hebdo…),
-- contra una Sala Profana de Fiestas (Paris),
-- contra la gente que celebra la fiesta de Francia (Niza)...
-- Tras el ataque contra judíos,
-- contra una Sala Profana de Fiestas (Paris),
-- contra la gente que celebra la fiesta de Francia (Niza)...
-- Tras el ataque contra judíos,
ha llegado, al fin, este atentado directo contra un símbolo máximo del cristianismo francés y europeo: El asesinato ritual de un cura celebrando la eucaristía. Por eso debemos responder los que nos sintamos agredidos: Je suis le Prêtre, yo soy aquel presbítero anciano, al que han matado simplemente por serlo.
Todos somos J. Hamel, cura francés, asesinado mientras celebraba a Cristo.
No es un terrorismo en estado vulgar o indiferenciado, matando a cualquiera, en una sala de fiestas o la calle, sino un asesinato cualificado, contra un hombre concreto (un cura), en un momento muy significativo (cuando celebraba), en un lugar de gran importancia (una iglesia de Normandía que Isis quiere convertir pronto en Mezquita…)…
Es un gesto de máxima racionalidad invertida, la durísima claridad del “sacrificio” (del chivo expiatorio, de la muerte del contrario), para suscitar así un mundo invertido, al servicio del Dios tipo Islam-Isis (contra el Dios de Jesús, que habría sido secuestrado y pervertido por los cristianos).
No importa que Jacques Hamel fuera bueno o malo, que hubiera ayudado a los musulmanes o no, que fuera un anciano valiente… Sólo importa que era “cura”, un representante pervertido de un Jesús Nazareno que, según cierta parte del Islam, tiene que ser Musulmán…
Jacques Hamel encarna, ante los ojos de millones de musulmanes, la perversión de un Jesús (de un cristianismo) que se ha hecho francés, occidental, antimusulmán... Matar a este cura mientras celebra es un signo de lo que tendría que ser (y será, según Isis) el triunfo final del Islam, un acto de valentía. Aquí tenemos, frente a frente, dos tipos de martirios.
-- El martirio o testimonio de Jacques Hamel, que simplemente se deja matar…, un hombre que en este momento representa a todos los franceses (dice M. Hollande), a todos los cristianos (decimos otros…), a todos los sacrificados de la historia humana, lo mismo que Jesús crucificado. Jacques es el testigo de la no violencia cristiana. Por eso digo. Je suis Jacques Hamel.
-- El martirio de los dos militantes de Isis que se inmolan matando, … y que así que aparecen muchos musulmanes como testigos de la violencia necesaria, de la guerra santa del Islam contra todas las falsificaciones cristianas, occidentales…
Ellos han matado y han querido morir como mártires: Han sacrificado sus vidas para gloria y triunfo de cierto Islam. Están siendo celebrados como mártires abatidos a la puerta de una iglesia católica cuando salían de haber cumplido su tarea, de haber realizado su misión para gloria de un Allah Akbar a su medida. Se han creído mártires, no son más que asesinos.
Éste ha sido un martirio que quiere ser grabado y difundido a todos los vientos, por toda la tierra… Que todos lo vean.
(a) Primero la ejecución grabada del cura francés, el símbolo de un cristianismo pervertido que tendría que morir, para que se pueda extender la figura del Jesús musulmán, sometido a Allah.
(b) Después la ejecución y muerte (martirio por Allah) de los dos militantes de Isis, grabado por las cámaras de fuera... Éste quiere ser el martirio de dos portadores de la racionalidad suprema del Dios del sometimiento, al que se han entregado ellos mismos por su muerte, integrándose así en su Allah Akbar, Rey Supremo, Realidad de todas las Realidades.
No sé si han empezado a difundirse las imágenes de la “ejecución” de Jacques Hamel, no sé si se están difundiendo las imágenes de la muerte de los dos militantes de Isis a manos de la policía francesa. Con esa intención han matado y se han dejado al fin matar. Quizá sería mejor que esas imágenes no se difundieran.
Isis está actuando como un ejército de la mejor (peor) propaganda del mundo, en una guerra hecha a gestos de televisión. Así han de entenderse los videos que ha venido mandando, con destrucción de edificios “paganos”, con asesinato de cristianos, con ejecuciones masivas de oponentes… Pienso que lo mejor que se le puede hacer en este campo es no hacerle caso, no darle importancia…
Isis ha querido ponernos ante la guerra final en estado puro, ante la madre de todas las guerras y martirios: Dos valientes soldados islámicos de la Gran Yihad en contra de un cobarde cura francés, que no sería más que escoria o residuo de un cristianismo anti-musulmán, que morirá muy pronto, para que la Iglesia donde él celebraba misa en Normandía, con cinco o seis pobres fieles… se convierta pronto en Gran Mezquita donde miles de musulmanes se inclinen mañana ante Allah Akbar (tras haber quitado las imágenes cristianas, de fondo pagano y haber colocado cuidadosamente la Mirhab o dirección de la oración: ¡Todos inclinados hacia la Meca, todos sometidos al Dios de la pura sumisión!
Ciertamente, el Islam es más que Isis, es mucho más que martirio matando a los representantes del Jesús Cristiano en Europa… para hacer así que Jesús sea musulmán… El Islam es mucho más, es misterio, mística y misericordia… Pero si el Islam mundial no reacciona inmediatamente, como un solo hombre, contra estos dos Musulmanes de Isis, vamos tener que pensar que está irremisiblemente pervertido y condenado a muerte.
Hablaré dentro de dos o tres días del martirio en clave cristiana y musulmana…, de la problemática de fondo del Islam y el cristianismo… Hoy sólo quería decir que este asesinato de Jacques Hamel entra plenamente dentro de la lógica más perversa de cierto Islam pervertido, contra el que deben reaccionar los verdaderos musulmanes. Mientras tanto quiero repetir solamente: Je suis cette prêtre, je suis Jacques Hamel. Yo soy ese presbítero cristiano, yo soy Jacques Hamel.
((El miedo de esta falsa guerra, y el deseo de superarla en lo posible, hizo que Abdelmumin Aya y un servidor escribiéramos hace unos años un Diccionario de las tres religiones, que es en el fondo un Diccionario del Islam y el Cristianismo))
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