MARTA
Y MARÍA:
IGLESIA DE MUJERES
(Lc.10,38-42)
1.
MARTA
RECIBE A JESÚS.
Aparece claro el carácter
social de la figura de Marta. Nada hay privado a ese nivel en una aldea judía.
Ella recibe a Jesús en nombre del conjunto social. Como representante de la
aldea (¿intendente?) y mujer libre ella, acoge a Jesús. No aparece como "hija o esposa" de un
varón, sino como mujer "autónoma", que recibe a Jesús.
2.
MARÍA,
APARECE EN SITUACIÓN DE DISCÍPULO
Ella se halla sentada a los
pies del Señor o Kyrios (10,39), escuchando directamente su palabra. El mismo título que recibe Jesús (Kyrios),
nos muestra que El, no es el puro varón
histórico individual, sino el Señor
pascual.
El monopolio de la palabra era
para los varones; sólo los "doce varones" como en (Hch.6,1-6). Es la cultura del “silencio” de mujeres
(1Tmt. 2,11-12).
En esta misma
perspectiva había interpretado Lucas la figura de María, la madre de Jesús,
como aquella que escucha y medita en su corazón los misterios mesiánicos (Lc.2, 19.51).
3.
DIACONÍA DE MARTA
MARTA una mujer cuyo nombre en
arameo significa la SEÑORA. Aparece como
representante de la Iglesia que “SIRVE” (diaconía, en griego) al
Señor Jesús, sirviendo o acogiendo a sus hermanos.
No se debe reducir el problema a la “asistencia doméstica”. Una simple criada
doméstica no recibe en casa al Señor. Este SERVIR
tiene otro sentido, es diaconal, no es atender a la mesa,
como simple criada, sino realizar una tarea MINISTERIAL (cfr. Lc.8,1-3).
Mujeres que SERVÍAN, no son criadas de
los Doce, sino representantes de Jesús, que realizan su servicio de reino. El
texto sugiere que las mujeres y los Doce se sitúan al mismo nivel, formando
parte de la comunidad itinerante de
Jesús, lo mismo que en Hch.1,13-14.
En este texto se supone que se
trata de mujeres ricas (independencia económica) y que ponen lo que tienen al
servicio del evangelio. En ese mismo
trasfondo de mujeres ricas se entiende la acogida de María y Marta. Ella
aparece como una mujer que puede acoger a Jesús y que le sirve con sus bienes.
Su diaconía o servicio ha de entenderse en plano de ayuda económica y acción
social.
Marta estaba distraída con
mucho servicio, de hecho, podemos imaginar que eran muchos los que recibió, los Jesús, los Doce y algunas mujeres que colaboraban...
Todo nos permite suponer, que es posible, que haya un servicio eclesial que
distrae (obsesivo). El servicio de la acogida de Jesús se puede convertir en servicio de fatiga. Afanados en el plano del hacer, de las mil
cosas que la ocupan al servicio del Kyrios (de su comunidad)
4.
RESPUESTA DE JESÚS
El
riesgo de Marta:
Ella hace muchas cosas (co-ejecutivo), pero en su obra hay carencia de amor
personal (co-efusivo).
Ella hace cosas para Jesús y su Iglesia, pero no escucha
su voz, “sirve sin dialogar”.
El
riesgo de María:
Escucha la enseñanza de Jesús pero, no ha cumplido sus palabras.
El riesgo es
“escuchar sin hacer” (Cf. Lc.13,25-28).
La “escucha” de María no se
opone al “hacer” de la solidaridad. María debe levantarse después, y
servir a los hermanos.
Marta, para realzar bien su
ministerio, debe ponerse a sus pies como oyente personal, en escucha de la
palabra, en elección y transformación interna.
María ha “elegido”:
No es sumisa, a ella no se le impone. Ella ha podido elegir
y ha elegido. Jesús quiere personas libres. Pocas mujeres han podido elegir;
eligen los varones por ellas.
Saludos cordiales
Juan Manuel
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