Pbro. Jorge Trucco
VIGESIMO QUINTO DOMINGO DURANTE EL AÑO
NO SE PUEDE QUERER QUEDAR BIEN CON DIOS Y CON EL DIABLO
Am 8,4-7:
"Jamás olvidaré ninguna de sus acciones"
1Tim 2,1-8:
"Él quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la
verdad"
Lc 16,1-13:
"No se puede servir a Dios y al dinero"'
El
que tiene dos "amores" terminará sirviendo a uno sólo... o a ninguno:
o Reino de Dios y su justicia o reino del dinero y sus injusticias. El corazón del hombre está llamado a entregarse a algo o a alguien. No se
trata de caer en un dualismo
espíritu-materia; sino preguntarnos ¿cuál es el eje principal de mi vida? Jesús no critica la RIQUEZA EN SI MISMA,
sino la RIQUEZA COMO MOTOR DE LAS ACTIVIDADES DEL HOMBRE.
Ya
Amós enumeraba los aspectos de este PECADO SOCIAL. Son “practicantes apurados”.
Hay que terminar pronto la fiesta para volver a los negocios… ¡Hay
muchas otras cosas más importantes que hacer! Podemos creer OBLIGATORIO
PARTICIPAR y NO NOS OCUPAMOS DEL CÓMO: modo, calidad, resultados... así se llega a
una separación total entre los dos
mundos: lo que pasa en el campo religioso no tiene nada que ver con lo que
se hace afuera de la Iglesia. Pero Dios no tendrá en cuenta las celebraciones,
los cantos, sino que "no olvidará jamás sus acciones".
A Dios le interesa lo que se hace DESPUÉS de frecuentar el templo. Si
no hay frutos de justicia y honestidad; si sigue habiendo excluidos de la "mesa"... nos hemos equivocado de
iglesia, o ni siquiera hemos entrado en la Iglesia.
La
parábola del ADMINISTRADOR ASTUTO no es una alegoría (como si cada elemento tuviera un valor
significativo). Se nos invita a asumir en un sentido general. La parábola relativaza
el valor en sí de los bienes
materiales.
Es evidente que Jesús no nos invita a ser
deshonestos. Pero sí que advirtamos cómo cuando lo que está en juego es la
salvación, entonces no nos preocupamos tanto como cuando se "toca el
bolsillo", ahí sí saltamos:
"¡ya sé lo que voy a hacer!" No nos damos cuenta que estamos en
una situación crítica, seguimos como si todo
fuera normal. NO SE PUEDE SERVIR A
DIOS CON EL DINERO.
Ese
amor al prójimo conlleva el correcto uso
de nuestras riquezas en favor de lo humano y de los hermanos. Riquezas que
siempre son más de las que creemos y de las meramente económicas o materiales.,
también nuestro tiempo y toda nuestra vida… El Domingo pasado Jesús nos mostró la
MISERICORDIA DE DIOS… Por eso hoy nos enseña a "buscar amigos"
con el dinero injusto ( = posible raíz de injusticia y de muerte). LA
CLAVE ES COMPARTIR: la riqueza debe ser un instrumento para una buena
comunicación con los demás hombres para que a la larga no sea nuestra propia fosa. Toda persona y
todo sistema que busque sólo y en primer lugar el bienestar material, el mayor
rendimiento económico, se está olvidando de que la comunidad tiene NEGOCIOS MÁS IMPORTANTES. Además de los que
cotizan en la Bolsa de Valores, hay “otros” VALORES que deben ser respetados
prioritariamente o nos cavamos nuestra propia tumba.
CONCLUSIONES:
* Saber administrar los bienes materiales es el negocio pequeño
del hombre. Si se embrutece con un poco de dinero, ¿a qué ideales humanitarios
podrá aspirar?... “Si gano la lotería, voy
a ayudar a los pobres” ¿y ahora qué?... el que es fiel en lo poco…
Cuenta una vieja historia irlandesa que un maestro tenía cientos de discípulos. Todos ellos rezaban en el momento adecuado, excepto uno, que en alguna ocasión se encontraba borracho. Cuando el maestro estaba a punto de morir mandó llamar a su lado al que en cierta ocasión se presentó borracho y le fue transmitiendo a él todas sus enseñanzas más profundas. Los otros discípulos, que le vieron, estaban indignados, y se quejaron amargamente ante el maestro. El maestro, entonces, dijo: “Tenía que pasar toda mi sabiduría a un hombre que conociese yo muy bien. El resto de ustedes aparecían siempre ante mí como seres virtuosos, pero sólo ocultan su propia vanidad, su orgullo y su intolerancia. Así que elegí el único discípulo cuyos defectos pude ver”.
* Los bienes
materiales no son absoluta propiedad privada. Son algo de la comunidad que
nosotros debemos administrar (hipoteca
social). No se puede hacer con ellos lo que se me de la gana, esto se opone
absolutamente a Dios. O Dios o el dinero; si queremos hacer uso y abuso de
los bienes materiales, al menos tengamos la honradez de no llamar cristiano ese esquema.
* Jesús no creó
ningún sistema económico para su país ni para otros, pero nos dejó CRITERIOS
CLAROS PARA ANALIZAR SINCERAMENTE CÓMO ADMINISTRAMOS PERSONALMENTE, EN NUESTRA
FAMILIA, EN LA SOCIEDAD.
Por eso podemos concluir que la mejor inversión que se puede hacer para ser exitosos en el
mediano y en largo plazo es ser honestos
en el ejercicio profesional y ser éticos en los negocios que emprendemos. La deshonestidad
da utilidades en el corto plazo, pero después se vuelve contra sus promotores.
Cuando Juan recibió su sueldo, en dinero efectivo, como siempre lo hacía el primer día de cada mes, contó cuidadosamente los billetes, uno a uno, agudizando sus ojos y untando el dedo con saliva para despegar con fuerza los billetes. Se sorprendió al percatarse que le habían dado 200 pesos más de lo que correspondía. Miró al cajero de reojo para asegurarse que no lo había notado, rápidamente firmó el recibo, se guardó el dinero dentro del bolsillo y salió del sitio con la mayor rapidez y discreción posibles, aguantándose, con esfuerzo, las ganas de saltar de la alegría. Todo quedó así. El primer día del mes siguiente hizo la fila y extendió la mano para recibir el pago. La rutina se repitió y al contar los billetes, notó que faltaban 200 pesos. Alzó la cabeza y clavó su mirada en el cajero, y muy serio le dijo: –Señor, disculpe, pero faltan 200 pesos. El cajero respondió: –¿Acordate que el mes pasado le dimos 200 pesos de más y vos no dijiste nada? –Sí, claro –contestó Juan con seguridad–, es que uno perdona un error, pero dos ya son demasiados.
Y es que cuando
se trata de sus propios negocios,
“los hijos de
este al mundo son más astutos que los hijos de la luz”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario