jueves, 7 de noviembre de 2013

Martín Gelabert Ballester, OP 
Condiciones de la fe 



El post anterior buscaba responder a la pregunta de qué requiere un joven para abrirse a la fe. Podemos plantear otra pregunta muy relacionada con la anterior: ¿qué requiere la fe para asentarse en un joven? Yo diría que requiere convencer al joven de que Cristo es la respuesta a los grandes anhelos que anidan en su corazón. Este convencimiento ya no es solo obra de la familia, sino sobre todo de la Iglesia en su conjunto. En este terreno las parroquias y los responsables de pastoral de los colegios (católicos, por supuesto, pero quizás también es posible y deseable encontrar ofertas en los colegios no confesionales) juegan un papel fundamental: ¿qué tipo de predicación reciben nuestros jóvenes? ¿Qué clases de religión les damos? ¿Qué propuestas pastorales ofrecemos? Desgraciadamente muchos jóvenes no encuentran el necesario sustento para que en ellos arraigue la fe, una buena fe, una fe que llene sus vidas, una fe que sea algo más que doctrina, para convertirse en encuentro vivo con Jesucristo.



Hay un segundo aspecto necesario para que la fe cobre fuerza en el joven. El joven necesita sentirse protagonista de su vida y, por tanto, protagonista de su vida de fe. No quiere ser un espectador o un oyente pasivo. Necesita saberse implicado en el desarrollo de su fe. Por eso es importante que ofrezcamos a los jóvenes la posibilidad de participar en tareas eclesiales en las que ellos sean (digo “sean”, y no sólo “se sientan”) responsables. Por ejemplo, los jóvenes pueden ser responsables en determinados ámbitos pastorales y de catequesis (de primera comunión, de confirmación, de post-confirmación). Además, es importante que ofrezcamos a los jóvenes la posibilidad de formar parte de grupos de oración, de estudio y profundización en la fe, de compromiso social cristiano, grupos en los que ellos mismos preparen la oración, la liturgia, organicen el estudio y la reflexión, decidan sobre qué ayudas ofrecer y el modo de ofrecerlas. Este es un ámbito que convendría potenciar en parroquias y colegios confesionales.

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