domingo, 3 de noviembre de 2013

“La inflación es un problema muy serio especialmente para los más pobres”
Sergio Rubin


Monseñor Jorge Lozano (58) es un hombre del riñón de Jorge Bergoglio. Presidente de la comisión de Pastoral Social del Episcopado, Obispo de Gualeguaychú, fue también obispo auxiliar en Buenos Aires cuando el hoy Papa era el arzobispo. Acompañó a las víctimas del incendio en Cromañon. Su comisión es la encargada de las relaciones del Episcopado con el mundo político, empresarial y sindical, y de difundir la Doctrina Social de la Iglesia.


-¿Cómo evalúa la reciente campaña electoral?


-Fue oscilando desde algunos slogans sin muchos contenidos a otras propuestas de políticas públicas interesantes.


-¿Cuánto le preocupan los hechos de violencia que se produjeron en las semanas previas a las elecciones?


-Me preocupan mucho en tres sentidos: lo que significan, el origen y el futuro. El atentado contra el gobernador de Santa Fe es un mensaje mafioso de un poder que opera en las sombras. Las peleas entre grupos políticos por territorio muestran vínculos perversos entre barras de clubes de fútbol y partidos políticos. La falta de claridad en las responsabilidades de esos hechos es una muy mala señal. 


-La política argentina gira hoy en torno a personas, ¿anhela una pronta recomposición de los partidos políticos?


-Este es un fenómeno que se da en varios países de América Latina. La posmodernidad adolece de una especie de desprestigio de la ideología, y esto conlleva a un empobrecimiento de la democracia. Los partidos políticos debieran ser espacios de discusión de ideas e ideologías, ofrecer marcos conceptuales. Si no, se cae en el pragmatismo (pretendidamente inocuo ideológicamente) que termina siendo funcional al statu quo . El acento en la calidad ética de los candidatos impide analizar el modelo de sociedad propuesto. 


-¿Cuál fue a su juicio el mensaje de las urnas?


-Me parece que ha mostrado importantes liderazgos o referencias locales y un fuerte deseo de la ciudadanía de participar. 


-¿Cree que tras los comicios debería abrirse una etapa de diálogo entre el Gobierno y las distintas oposiciones?


-Sin dudarlo. El diálogo y la búsqueda de consensos son muy importantes. 


-¿Qué cuestiones deben ser abordadas con urgencia por toda la dirigencia sin esperar a las elecciones presidenciales?


-Hay algunos problemas que son urgentes, y requieren respuestas importantes de parte del conjunto de la sociedad. La expansión del narcotráfico nos muestra el crecimiento de redes del crimen organizado que copan territorios, corrompen fuerzas de seguridad, amenazan y extorsionan diversas estructuras sociales. Estas mafias crecen en la trata para la esclavitud sexual o laboral. Muchos adolescentes se inician a edades cada vez más precoces en el alcohol y otro tipo de sustancias. 


-La Iglesia viene expresando hace tiempo su preocupación por esta cuestión. ¿Ve una reacción enérgica en el Gobierno?


-En algunas provincias o municipios hay búsqueda de respuestas adecuadas. A nivel nacional, Rafael Bielsa renunció al frente de la Sedronar en febrero y aún no se ha designado su reemplazo. Crece el consumo de alcohol, de drogas sintéticas y de las clásicas prohibidas y no hay una política integral y firme a la problemática. 


-¿Y lo socio-económico?


-Como sociedad adulta estamos fallando. Hacen falta políticas públicas y acuerdos magnánimos de ofrecimiento de trabajo para los jóvenes. Los “Ni-Ni” son un atropello a la dignidad personal de los jóvenes y un escándalo para la sociedad. La inflación es un problema muy serio especialmente para los más pobres, implica la pérdida permanente de su capacidad de compra. 


-Para el INDEC, la pobreza bajó al 4,7 % y para el Observatorio Social de la UCA supera el 25 %. ¿Niega el Gobierno la realidad?


-Desde que fue intervenido el INDEC dejó de ser fiable. 


-¿Qué puede aportar la Iglesia hasta las presidenciales?


-Insistir en la importancia del diálogo, alentar la elaboración de políticas públicas más allá de los períodos de gestión de un gobierno, y promover iniciativas de amistad social. Hasta 2015, debemos trabajar en lo que el Papa llama “cultura del encuentro”. 

-¿Habrá un documento de los obispos tras el plenario de esta semana?


-No lo sé. Emitir o no un pronunciamiento lo resuelve la misma asamblea. 

-¿Le preocupa la salud de la presidenta? 


-Es preocupación de todos los argentinos. Hemos percibido que su familia la ha cuidado amorosamente. Yo rezo para que se restablezca plenamente.

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