Un Relato Negado
(Jn. 7,53-8,11)
Pocos pasajes de la Biblia han suscitado
tantos interrogantes como Juan 7,53-8,11, conocido como el relato de la
Adultera.
Ø
¿Por
qué aparece sólo en manuscritos tardíos?
Ø
¿Por
qué decidieron añadirla posteriormente?
SITUACIÓN ACTUAL…
Este relato de la
adúltera nos pone en el centro de una sociedad/Iglesia, que sigue manejando a
las mujeres, como si ellas fueran culpables de un pecado especial. Seguimos en
un mundo que margina a las mujeres, en muchos lugares, en muchas situaciones,
acusándolas luego de “adúlteras”, peligrosas para los varones.
INCORPORACIÓN EN EL CANON
Por qué recién a fines del siglo IV -y sólo
en Occidente- fue la Escena de la Adultera incluida en algunos manuscritos de
los eva ngelios. Su argumento de
perdón a una adúltera debía resultar incómodo en la iglesia primitiva, con su
estricta disciplina penitencial. En el siglo III, se dieron las condiciones
para que se viera esta historia con otros ojos. La Perícopa de la Adúltera
comienza a ser citada y mencionada en la época de la controversia sobre qué
hacer con los que pecaron después del bautismo.
La controversia sobre la readmisión de los
“pecadores”, que volvían arrepentidos después de haber quemado incienso ante la
imagen del emperador primero durante la persecución promovida por el emperador
Decio (249-251) y más tarde durante la cruenta persecución de Diocleciano y
Galerio (303-331).
La historia de la adúltera Perdonada
por Jesús pudo haber sido una historia real, que no fue incluida en ninguno de
los cuatro eva ngelios canónicos
porque la actitud de Jesús iba en contra de la disciplina de la iglesia
primitiva.
¿LINCHAMIENTO?
El juicio de los acusadores adolece de varias
fallas:
Ø
no
parece haber habido un juicio en regla;
Ø
las
leyes sobre el adulterio (Lv 20,10; D 22,22) no especificaban que la pena de
muerte debía ser por lapidación;
Ø
se
requería que los testigos no fueran maliciosos (Dt 19,16-19.21);
Ø
no
está el marido presente;
Ø
traen
sólo a ella, cuando se sabía que la ley especificaba que el amante también
debía ser juzgado y sufrir la misma pena.
Ø
Los
acusadores llegan a emplear exclusivamente un pronombre femenino, al decir “En
la ley, Moisés nos ordenó apedrear a las
tales”, como si la pena por adulterio aplicara sólo a las mujeres.
Da la impresión de que no estamos ante un
juicio en regla, sino ante un intento de linchamiento.
En el año 30, los romanos quitaron al Sanedrín el derecho a imponer la pena
capital. Puesto que ya los judíos no podían imponer la pena de muerte, y ningún
juez romano condenaría a muerte a una mujer por adulterio.
LA CONTIENDA EN SÍ
En el intento de entrampar a Jesús, no sólo
la mujer, sino también la ley y la justicia pasan a ser objetos. Jesús capta la
trampa y las malas intenciones de sus interlocutores, así que se rehúsa a
responder. Se inclina y escribe con el dedo hacia
la tierra (v.6). Al rehusar seguir las reglas de juego de los acusadores,
está desacreditando su desafío.
Jesús lanza, un contra-desafío a sus
interlocutores: “El sin pecado de vosotros, sea el primero en arrojar una
piedra sobre ella” (v.7).
Jesús está poniendo a los acusadores al mismo
nivel de la mujer.
NOSOTROS (lectores) SOMO TESTIGOS
El pueblo no habla en ningún momento, pero,
tal como fue testigo de la contienda con los escribas, ahora –el pueblo- es
testigo del diálogo que se entabla entre Jesús y la mujer. El maestro se dirige
ahora a ella y le hace preguntas. Ya no es más un objeto, sino un sujeto. Jesús
la está convirtiendo en sujeto. Además le está dando honor. En esa cultura
mediterránea, Jesús, un superior por ser varón, y más superior por ser maestro,
honra a la mujer al dialogar con ella.
ÉL VINO PARA SALVAR,
NO PARA CONDENAR
No sólo le da a la mujer una segunda oportunidad,
también la hace responsable de su propio futuro. Ella ya no es más un objeto,
lleva da y traída por otros, sino un
sujeto libre y responsable ante Dios.
“DESDE EL REVERSO”
Asombra en esta historia es el tratamiento
igualitario que Jesús da a los varones “honorables” a la mujer “deshonrada”
Para Jesús, la mujer y sus acusadores son iguales. La igualdad es el foco del
relato. Por eso, la Escena de la Adúltera ha sido vista, como una historia que
subvierte el orden social.
Algunos de estos temores (igualitarismo),
probablemente, dominaron el proceso de canonización del texto (?) y la historia
de su interpretación (?)…
No hay comentarios:
Publicar un comentario