Crece y se agrava la persecución de los cristianos en el mundo
En Corea del Norte o China se los detiene por juntarse a rezar, y México
cobra cada vez más peligrosidad para los cristianos que denuncian la corrupción
o la trata. En el último año, el número de asesinados a causa de su fe pasó de
2.100 a 7.100.
Corea del Norte es la nación del mundo donde más persiguen a
los cristianos, según el ranking de la organización Puertas Abiertas
(Opendoorsusa.org). Quienes admiten su fe a Cristo, ya sean católicos o
evangélicos, son torturados en campos de trabajo (para “controlar y
reformar” a los disidentes del régimen comunista ateo que rige allí): se estima
que unos cinco mil católicos viven ese calvario. Mientras que en China -con
1.350 millones de habitantes-, unos 85 millones (más del el doble de Argentina)
son cristianos. Allí, los conversos del islam y del tibetanismo son perseguidos
y condenados. En provincias como Guangdong y Yunnan directamente se detiene a
los que se reúnen para rezar un rosario, por ejemplo. En ambas naciones, pero
sobre todo en Norcorea, “los cristianos tratan de esconder su fe como les es
posibles para evitar ser arrestados. Por ello, ser cristiano es un secreto bien
guardado, incluso entre las familias. Además muchos padres se abstienen de
educar a sus hijos a la fe cristiana”.
Con las persecuciones, Corea del Norte y China integran la lista negra de las
naciones del mundo con cristianos asesinados a causa de su fe, que según
Opendoorsusa.org, en el último año pasó de 2.100 a 7.100 víctimas, es decir,
más del triple que hace dos años.
En esa visita pastoral a Corea del Sur de 2014, Jorge Mario Bergoglio
beatificó a 124 mártires. Y a menos de dos años de esa visita, el argentino
acaba de lograr un pequeño paso histórico tras 50 años de prohibición, en
estos días Corea del Norte empezó a recibir a sacerdotes católicos de Corea del
Sur para que den misa en la Cuaresma (que antecede la celebración de las Pascuas).
Además de Corea del Norte y China, las naciones del mundo donde creció la
persecución a los cristianos son Irak, Eritrea, Afganistán, Siria, Pakistán,
Somalia, Sudán, Irán y Libia. Y en el último año se sumaron dos países
latinoamericanos: México, recientemente recorrido por Francisco y Colombia
(donde el Papa tiene previsto ir en el primer semestre de 2017). En ambas
naciones, la persecución a los cristianos suele originarse con el narcotráfico
y las víctimas son por lo general son los líderes eclesiales locales que les
hacen frente y que por esto sufren violencia y extorsión.
"La mayoría de países católicos o evangélicos se quedan callados ante de
esta miseria y dejan a sus hermanos en la desgracia, en la tristeza y en
peligro. Me refiero a países como Estados Unidos y a varios países de Europa,
salvo el Vaticano. También en América Latina: los jefes de Estado están
callados. “¿Dónde está el mundo? ¿Dónde está la ONU? ¿Dónde está la protección
del patrimonio internacional? ¿Dónde están esos organismos? ¿Qué hacen? Yo no
entiendo. Andan comiendo de más y tomando fotos. Están chateando por Facebook y
por WhatsApp. Ojalá que todo el mundo entienda lo que significa el sufrimiento
para la persona humana porque nosotros a fin de cuentas somos parte del cuerpo
de Cristo", afirmó en noviembre último el reverendo Fadi Rabbat, líder
ortodoxo originario del Líbano.
El reclamo para que el mundo escuche el holocausto cristiano lo hizo evidente
el papa Francisco hace una semana, al referirse al caso de las cuatro Misioneras
de la Caridad (de Teresa de Calcuta) asesinadas en el último mes en Yemen (que
integra el listado de las naciones que más persiguen a los cristianos) y que
recién se hizo noticia cuando el pontífice argentino lo expresó así desde la
Plaza de San Pedro: “Estos son los mártires de hoy. Y estos no son portada
de los periódicos, no son noticia. Estos dan su sangre por la Iglesia. Son
víctimas del ataque, de aquellos que les han asesinado, y de la indiferencia,
de esta globalización de la indiferencia, del ‘no importa’”.
Luego de Corea del Sur, el papa Francisco también recorrió dos naciones que
integran el listado de los 50 países con más persecución a los cristianos: la
República Centroafricana y Kenia. Y tiene como objetivo visitar Pakistán,
aunque desde el Vaticano admiten que no hay planes para viajar allí. Ese país
está en la zona caliente: según Opendoorsusa.org, habiendo 5,3 millones
de cristianos de los 180 millones que habitan allí, del total de 292.000
personas detenidas en los últimos meses, sólo había 140 radicales islámicos
entre ellos.
Mientras esto sucede, el número de católicos crece más (en proporción) que la
población del mundo: mientras que la población mundial aumentó 17,3 por ciento
entre 2004 y 2014, los católicos en el mundo pasaron de 1.115 millones a 1.272
millones (17,8 por ciento más), según un relevo de la Oficina Central de
Estadísticas del Vaticano, difundido en el Anuario Pontificio 2016 y el
Annuarium Statisticum Ecclesiae 2014. "El gran miedo es que se
verifique lo que hemos visto que ocurrió en Irak, donde hace unos diez años
había un millón y 300 mil cristianos, mientras que hoy solo quedan entre 250 y
300 mil”, aseguró el director de Portes Ouvertes France (la sede francesa
de opendoorsusa.org), Michel Varton.
En los dos continentes donde se vive con más fuerza el holocausto cristiano fue
donde más creció la Iglesia católica en los últimos diez años: 41 por ciento en
África (contra el 23,8 por ciento de crecimiento de la población) y en Asia, 20
por ciento, contra 9,6 por ciento de lo que aumentó la población del continente
más grande y poblado del planeta.
Pese a ello, aún no es visible una reacción contundente de los líderes del
mundo, como también de las principales organizaciones de Derechos Humanos del
planeta.
Por ejemplo, Human Righs Watch, en su web oficial, apenas hace alguna mención
de violaciones de víctimas de Estado Islámico, pero no de casos concretos, como
lo fueron las monjas de la orden creada por la beata Teresa de Calcuta
recientemente asesinadas en Yemen. Sobre este último caso tampoco hubo una
condena especial de Amnesty Internacional, aunque esta organización sigue de
cerca la situación general en Yemen. Tampoco sobre lo ocurrido con las víctimas
de la Misionera de la Caridad -que dejó 16 muertos- hubo un fuerte
pronunciamiento de algún líder mundial fuera del ámbito religioso. Sobre la
persecución a cristianos tampoco hay mucho si se rastrean declaraciones o
documentos emitidos por el gobierno argentino en los últimos años.
Cada mes, ya sea en nombre del extremismo religioso, de un régimen ateo
comunista o por efecto del poder del narcotráfico, por su fe a Cristo, en el
mundo asesinan a 322 cristianos y destruyen unas 214 iglesias y se realizan en
promedio 772 acciones represivas (como detenciones o encarcelamientos) de
cristianos o católicos, según estima opendoorsusa.org.
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