miércoles, 2 de marzo de 2016

De la higuera al manzano, un camino por la Biblia

Xabier Pikaza
Llevo dos días hablando de la higuera, y el tema da todavía mucho más de sí, sobre todo en el Antiguo Testamento donde el ideal del hombre ya maduro y lleno de felicidad es sentarse en el otoño de la vida a la sombra de la parra y de la higuera de la propia casa, con su mujer al lado, y rodeado de los hijos y los nietos a quienes ha querido y sigue queriendo.

Ese tema (estar bajo o en la higuera) ha recibido un tono algo distinto en el evangelio donde Jesús le dice a Natanael que le ha visto sentado a la sombre de la higuera (cf. Jn 1, 48-48).

Pues bien, al lado de la higuera, que tiene además otros simbolismos, aparece en la Biblia el tema del posible manzano del paraíso, cuyo fruto tomaron contra Dios Eva y Adán. En ese contexto dirá Juan de la Cruz que la madre/amada de la humanidad empezó siendo violada debajo del manzano.

Con estos elementos he querido escribir esta postal, tomada de algunas entradas de mi Gran Diccionario de la Biblia donde podrán verse más extensamente los temas.

Agradezco a Juan, a Galetel y a todos los que han comentado mis “postales anteriores” sobre la higuera, porque me han ayudado a seguir reflexionando sobre el tema, y también a Pedro Zabala que me ha mandado su reflexión sobre la higuera de su infancia.
No he respondido a todos los problemas planteados por los lectores, pero creo que puedo ayudar a los que están interesados por el motivo de los árboles bíblicos, empezando por la higuera y el (presunto) manzano del paraíso.
1. APÓLOGO DE DE JOTÁN. LA HIGUERA ANTIMONÁRQUICA

Un usurpador, llamado → Abimélec, había matado a sus hermanos, coronándose rey en Siquem. El sabio Jotán, representante de los asesinados, proclama desde el Monte Garizim, en forma de apólogo, la ley de la realeza:

«Los árboles se pusieron en camino para ungir a uno su rey.
Dijeron al olivo: Sé tú nuestro rey. Les respondió el olivo: ¿Voy a renunciar a mi aceite que da honor a dioses y humanos, para mecerme sobre los árboles?
Los árboles dijeron a la higuera: Ven tú, reina sobre nosotros. Les respondió la higuera: ¿Voy a renunciar a mi dulzura y mi sabroso fruto, para mecerme sobre los árboles?
Los árboles dijeron a la vid: Ven tú, reina sobre nosotros. Les respondió la vid: ¿Voy a renunciar a mi vino, que alegra a dioses y humanos, para mecerme sobre los árboles? Todos los árboles dijeron a la zarza: Ven tú, reina sobre nosotros. La zarza respondió a los árboles: Si de verdad venís a ungirme como rey sobre vosotros, venid y cobijaos a mi sombra. Y si no es así, brote fuego de la zarza y devore los cedros del Líbano» (Jc 9, 7-15)
Los árboles regios (olivo, higuera y vid), forma una trilogía vegetal sagrada (con la higuera en vez del trigo, que no tiene altura para ser arbusto): son portadores de la vida, que es honor (aceite), dulzura (higuera), alegría (vino); por eso no necesitan sen reyes.
Frente a ellos se eleva envidiosa la zarza, arbusto parásito por antonomasia: no alimenta a los demás, sino que vive de chupar la vida de los otros y así planea y parece reinar sobre los árboles del campo y bosque, robándoles la vida.
Este apólogo, que presenta a los reyes como parásitos sociales, constituye uno de los ejemplos más fuertes de crítica en contra de la → monarquía, no sólo dentro de Israel (→ Samuel), sino en la literatura universal.
Para seguir leyendo:
http://blogs.periodistadigital.com/xpikaza.php/2016/02/29/p381163#more381163

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