martes, 24 de mayo de 2016

Hno. Genaro Saenz de Ugarte

Lucas  9,11b-17
«11 Pero, sabiéndolo, las muchedumbres le siguieron [a Jesús]. Y, acogiéndoles, les hablaba sobre el Reino de Dios y a los que tenían necesidad de curación les curaba.
12 Pero el día comenzó a declinar y, acercándose los Doce, le dijeron:
“Despide a la muchedumbre para que, yendo a los pueblos y aldeas del contorno, encuentren alojamiento y comida, porque aquí estamos en un lugar desértico”.
13 Él les dijo: “Dadles vosotros de comer”.
Pero ellos respondieron: 
“No tenemos más que cinco panes y dos peces; a no ser que vayamos nosotros a comprar alimentos para toda esta gente (laos)”. 
14 Pues había como cinco mil varones.
Él dijo a sus discípulos [cf. v. 10: apóstoles]: 
“Haced que se acomoden por grupos de unos cincuenta”.
15 Lo hicieron así y acomodaron a todos.

16 Tomando entonces los cinco panes y los dos peces, levantando los ojos al cielo, los bendijo y los partió y los daba a los discípulos para que los fueran sirviendo a la muchedumbre.
17 Comieron y fueron saciados todos. Se recogieron los trozos que les habían sobrado: doce canastos».



CONTEXTO

Nuestro texto se encuentra al final de la misión de Jesús en Galilea (Lc 4,14-9,50), que culmina con la misión de los discípulos, que son los continuadores de la obra de Jesús (9,1-6). 
Es importante, pues, contemplar qué hace y qué dice Jesús en esos capítulos para saber qué hacer y qué decir nosotros como discípulos aplicados. 
Después de nuestro texto, se plantea la identidad de Jesús (9,18-21); los anuncios de la pasión, entre los que queda insertado el episodio de la Transfiguración (sigue el tema de la identidad) (9,22-45) y el comienzo de la gran sección de la “subida” a Jerusalén (9,51-19,27), que comienza precisamente con la misión de los 72 (10,1-20). 
Es importante destacar que el texto de la multiplicación de panes (catequesis sobre la Eucaristía) está en medio de dos misiones a realizar: la Eucaristía no es un “hecho-en-sí”, sino que está orientada como fundamento-alimento de la misión evangelizadora.



TEXTO

Estamos ante una hermosa composición en contrapunto que tiene 4 partes: 
a) la situación inicial (v. 11) hace de quicio con la parte inicial de la perícopa, que no aparece en el texto litúrgico: la muchedumbre sigue a Jesús y Jesús la acoge; 
b) en contraposición, la primera parte del texto (vv. 12-14a): los discípulos (que habían sido presentados como apóstoles) toman la iniciativa (cosa que no deben hacer) y piden que Jesús actúe en sentido contrario, que despida a la gente. Jesús les implica en alimentar a la muchedumbre; 
c) en contraposición, la segunda parte del texto (vv. 14b-16): Jesús toma la iniciativa (es el Maestro) y los discípulos actúan como tales, obedeciendo; relato eucarístico; 
d) la situación final, en consonancia con la inicial (v. 17): todos son saciados (como antes habían sido atendidos en otras necesidades).



ELEMENTOS A DESTACAR

 La contraposición “acoger-despedir” marca la diferencia de estilos entre Jesús y sus discípulos, igual que la imposibilidad de remediar la necesidad por parte de los discípulos frente a Jesús. Es una manera (Jn lo diría de otra forma) de señalar que sin Jesús no podemos hacer nada, y que tenemos que cuidar muy mucho nuestro estilo discipular para no ir “a la contra” de Jesús.

 La iniciativa no la podemos llevar nosotros, en cuanto discípulos, sino que la tiene que llevar Jesús, Maestro y Señor. Exige acoger la realidad y discernir desde Jesús cómo actuar en ella. Jesús consigue hacer que los discípulos afronten el problema a partir de ellos mismos, a partir de los medios de que disponen: ponernos en disposición al servicio del Reino hoy y aquí.

 El relato de multiplicación (que no se explica) es sorprendentemente parecido al relato de la institución de la Eucaristía (cf. 22,19). La Eucaristía debe llevar a la “multiplicación de los panes y peces”, al compartir, a preocuparnos de las necesidades concretas del prójimo, a implicarnos como Jesús en la misión.

 Los doce cestos sobrantes equivalen a los doce discípulos: la misión continúa y nuestro encargo es atender hoy como ayer las necesidades de la gente y ofrecer nuestra mediación de modo que las gentes puedan encontrarse con el verdadero alimento, Jesús y su mensaje.

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