Cada año 60.000 musulmanes se convierten al cristianismo
La mayoría se aboca al protestantismo, pero también hacia los ortodoxos y
el catolicismo. Los países con mayor flujo son Indonesia, Nigeria y EE.UU. En
2015, los conversos sumaban 10 millones.
Cada
vez son más los musulmanes alrededor del mundo que se convierten al
cristianismo, según las últimas estadísticas y otras evidencias. Camille Eid,
un periodista libanés y coautor del libro "Cristianos venidos del
islam", habló la pasada semana al periódico italiano Tempi sobre recientes
conversiones en masa que están sucediendo en todo el norte de África y Oriente
Medio, desde Marruecos a Jordania.
También recurrió al testimonio de un misionero francés que hace poco fue
expulsado de Irán, Pierre Humblot, el cual ha constatado el número de
conversiones en la historia reciente de este país en un asombroso 300.000. En
Europa, también, hace apenas tres semanas un pastor protestante en Hamburgo,
Alemania -el cual ya había catequizado a 116 musulmanes en lo que va de este
año-, bautizó a otros 80 refugiados musulmanes de Irán y Afganistán en un lago
de un parque municipal.
El pastor Albert Babajan, quien lideró los bautizos en masa en Hamburgo, espera
que el número de conversos musulmanes en su iglesia pueda llegar a alcanzar 500
antes del fin de 2016. Son cifras impresionantes que, si se replicaran en solo
un pequeño porcentaje de iglesias en el continente, sugerirían que en Europa
estamos ante una verdadera oleada de conversiones del islam al cristianismo.
Pero ¿cuáles son las estadísticas y las razones sociológicas detrás del
fenómeno?
En 2015, en un artículo publicado en la Interdisciplinary Journal of Research
on Religion (Revista interdisciplinar de estudios de la religión), Duane
Alexander Miller y Patrick Johnstone publicaron el primer censo global de la
comunidad cristiana procedente del islam. De acuerdo con estos autores, el
número de musulmanes convertidos al cristianismo en el mundo es una cifra
notoriamente difícil de calcular, dada la tendencia a exagerar de misiones cristianas
demasiado fervientes, por un lado, y la de las desconfiadas autoridades
islámicas a subestimar el número de cristianos en países de mayoría musulmana,
por otro.
Pero en base a las estimaciones de Miller y Johnstone, el número de cristianos
en el mundo provenientes del islam ha incrementado desde menos de 200.000 en
1960 a casi diez millones en 2015. De este número de musulmanes convertidos,
Indonesia alberga a la mayor proporción, con casi seis millones y medio.
Nigeria ocupa el segundo lugar con 600.000, y los EEUU el tercero, con una
población de unos 450.000 creyentes en Cristo procedentes de una cultura
musulmana. Es más, según estas últimas investigaciones, alrededor de 147.800
conversos al cristianismo del islam viven en el continente europeo -de los
cuales 2.200 habitan en España-, y 8.800 residen en América Latina.
Globalmente, la gran mayoría de las conversiones son al protestantismo
evangélico-en los últimos cincuenta años ha habido cerca de 377.000 solo en los
EEUU-, pero se han dado un número considerable de conversos en las iglesias
ortodoxas y católicas (en los EEUU, en estos años, unos 40.000 y 60.000
respectivamente). Y el ritmo de conversiones de personas anteriormente
musulmanas, según Miller y Johnstone, no hace más que acelerarse. En la primera
mitad de los años 90, por ejemplo, un promedio de 20.000 personas de
proveniencia islámica se convirtieron al cristianismo cada año a escala global.
En el 2005, no obstante, este número ascendió hasta más de 80.000, antes de
descender ligeramente hasta los 60.000 en el año 2010.
En lo que se refiere a las razones por las que cada vez más musulmanes se están
convirtiendo al cristianismo alrededor del mundo, muchos sociólogos toman como
referencia las conclusiones de J. Dudley Woodberry, un profesor de Estudios
Islámicos en el Fuller Theological Seminary de Pasadena, California. En 2008,
en una de las investigaciones más importantes sobre este asunto, Woodberry
llevó a cabo entrevistas con 750 musulmanes conversos al cristianismo de
treinta países y cincuenta grupos étnicos, y posteriormente publicó las cinco
razones primordiales en su decisión de convertirse:
1. El estilo de vida de los cristianos. Los antiguamente musulmanes citaron al
amor que los cristianos manifestaban en sus relaciones con los no cristianos y
en su tratamiento de las mujeres como iguales.
2. El poder de Dios en oraciones respondidas y curaciones. Experiencias de
las obras sobrenaturales de Dios -especialmente importantes para musulmanes
tradicionales quienes tienen una preocupación característica por las
manifestaciones del poder divino y las bendiciones- incrementaron tras las
conversiones, según el estudio. A menudo se relataron sueños sobre Jesús.
3. Insatisfacción con el tipo de islam que habían experimentado. Muchos expresaron
su descontento con el Corán que enfatiza el castigo de Dios sobre el amor
divino. Otros mencionaron la militancia islámica y la incapacidad de la ley
islámica de transformar a la sociedad.
4. La verdad espiritual en la Biblia. A los musulmanes se les enseña
normalmente que la Torá, los Psalmos y los Evangelios provienen de Dios, pero
han sido corrompidos. Estos conversos al cristianismo dijeron, no obstante, que
la verdad de Dios hallada en las Escrituras les llegó a ser persuasiva y clave
para entender el carácter divino.
5. Las enseñanzas bíblicas sobre el amor de Dios. En el Corán, el amor de Dios
es condicional. Que este amor pudiera ser para todo el mundo fue especialmente
sorprendente para los musulmanes. Estos conversos fueron conmovidos por el amor
expresado en la vida y enseñanzas de Jesús. El siguiente paso para muchos
musulmanes fue el de formar parte de una comunidad de cristianos de instinto
fraternal.
Aunque las conclusiones de Woodberry estén bien documentadas desde un punto de
vista académico, algunas voces han expresado una preocupación de que estas
últimas conversiones de musulmanes al cristianismo en Europa hayan podido
motivarse por el deseo de algunos refugiados de mejorar sus perspectivas de
obtener asilo en el continente, o por las acciones de algunos líderes
cristianos que estarían ligando las conversiones a las ayudas materiales. Si la
opinión de Shima -una joven mujer iraní que fue recientemente bautizada en
Hamburgo- es representativa, no obstante, la conversión de musulmanes al
cristianismo trata sobre todo de la libertad. "He estado buscando toda mi
vida paz y felicidad, pero en el islam, no las encontré. Ser cristiana
significa felicidad para mí", relató Shima a una revista alemana después
de su bautismo.
Fuente: RD
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