Empresaria italiana
se dedica a salvar
inmigrantes a la deriva
El barco privado que pertenece a una pareja de empresarios católicos, y que
en 2014 ya socorrió a 3 mil personas, operará otra vez a partir del 2 de mayo.
«¿Cuántos niños, mujeres y jóvenes tendrán que morir todavía para que la
comunidad internacional decida hacer caer el muro de la indiferencia?». Regina
Catrambone es la empresaria italiana que vive en Malta con su esposo
estadounidense Christopher y que en agosto del año pasado lanzó su Ong Moas
(Migrant Offshore Aid Station) para tratar de derrumbar ese muro. ¿De qué manera?
Ella, católica, inspirada por las palabras de Papa Francisco que invitó a todos
a actuar según las propias responsabilidades después de la tragedia de
Lampedusa, decidió comprar una nave de 40 metros, la Phoenix 1, que cuenta con
dos drones, para socorrer a los migrantes en el mar Mediterráneo y para ayudar
a las autoridades en la búsqueda y el salvamento de vidas humanas. Es decir, la
primera nave privada que salva a los desesperados que buscan mejorar sus
condiciones de vida y emprenden el viaje en embarcaciones precarias.
En unos sesenta días, del 26 de agosto a finales de octubre de 2014,
socorrieron a alrededor de 3 mil personas. Pero a finales de octubre se les
acabó el dinero. Comenzó entonces una campaña para reunir fondos y ahora,
después de la enésima tragedia frente a las costas de Libia, la Phoenix 1
volverá al mar. La fecha prevista es el 2 de mayo. «Estoy horrorizada –dijo
Catrambone– por esta tragedia, profundamente dolida de que Moas no haya podido
estar en el mar antes para poder salvar a esta gente».
«Nunca olvidaré –contó a Vatican Insider– las miradas llenas de agradecimiento
de las personas socorridas en los últimos meses. ¿Cómo describir la sonrisa de
una china senegalesa de 23 años, en el sexto mes de embarazo, a la que
ofrecimos primeros auxilios antes de encomendarla a la Guardia costera? El
problema es que las zonas de conflicto están creciendo y cada vez más personas
buscan el en Mediterráneo una vía de fuga desesperada. Pero nadie merece morir
en el mar. Es por ello que digo: ayúdennos».
Y ahora MOAS trabajará conjuntamente con Médicos sin Fronteras de Holanda, que
se ocupará de la asistencia médica y psicológica, una vez concluido el
salvamento por parte del equipaje, que está compuesto por unas veinte personas,
sobre todo voluntarias.
Por su parte, Martin Xuereb, director de Moas y ex-jefe de las fuerzas armadas
de Malta, afirmó: «Ha llegado el momento de pedir con urgencia a los gobiernos
europeos que pongan en el centro de su agenda el derecho humano a la vida;
debemos separar completamente la política de la acción de búsqueda y salvamento
en el mar. Cientos de niños, mujeres y hombres seguirán muriendo en las
próximas semanas si no actuamos inmediatamente desplegando más medios navales
en el Mediterráneo». Inmediatamente, a cualquier precio.
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