martes, 12 de mayo de 2015

Angelelli, el obispo mártir

El obispo de La Rioja (Argentina) asesinado durante la dictadura será declarado mártir

La Santa Sede da luz verde a la beatificación de Enrique Angelelli

El Papa Francisco envió dos documentos de los Archivos Secretos Vaticanos a la causa

 Fue testigo de la fe derramando su sangre. Ese día alguno se puso contento. Creyó que era su triunfo, pero fue la derrota de los adversarios
Pablo VI y Angelelli/>

Pablo VI y Angelelli

  • Angelelli, asesinado por la dictadura
  • Ermita del Paraje, donde se recuerda a diario a Angelelli
  • El obispo Angelelli
  • Pablo VI y Angelelli
  • Enrique Angelelli
  • El obispo Angelelli
  • Angelelli, asesinado por la dictadura
  • Ermita del Paraje, donde se recuerda a diario a Angelelli
  • El obispo Angelelli
  • Pablo VI y Angelelli
  • Enrique Angelelli
  • El obispo Angelelli
  • Angelelli, asesinado por la dictadura
  • Ermita del Paraje, donde se recuerda a diario a Angelelli
  • El obispo Angelelli
  • Pablo VI y Angelelli
  • Enrique Angelelli
  • El obispo Angelelli
(Valores Religiosos).- El Vaticano dio el vía libre a la causa de beatificación por martirio in odium fidei (en el odio de la fe) del obispo de La Rioja Enrique Angelelli, asesinado por la dictadura el 4 de agosto de 1976. El pedido formal de apertura de la causa había sido hecho el 7 de enero por el actual obispo de La Rioja, Marcelo Colombo. Y el 21 de abril pasado el Vaticano dio su visto bueno, según reveló ayer Avvenire, el diario de la Conferencia Episcopal Italiana, y apuntó Elisabetta Piqué en La Nación.
El 4 de julio pasado, el ex comandante del Tercer Cuerpo del Ejército Luciano Benjamín Menéndez y el ex comodoro Luis Fernando Estrella fueron condenados a prisión perpetua por el asesinato de Angelelli, hecho que durante la dictadura se quiso hacer pasar por una accidente.
La investigación judicial recibió impulso de parte del mismo papa Francisco, que envío dos documentos secretos que resultaron un significativo aporte a la causa. Uno de los documentos es una carta de Angelelli al entonces nuncio apostólico Pío Laghi, en la que advertía que estaba siendo amenazado, y otra con el relato detallado del asesinato, el 18 de julio de 1976, de dos curas muy próximos al obispo,Gabriel Longueville y Carlos Murias.
El diario Avvenire recordó que Angelelli fue el primer obispo asesinado de las dictaduras que surgieron en América latina en los años 70, como Oscar Arnulfo Romero, obispo de San Salvador, que será beatificado el 23 de mayo próximo. Hijo de inmigrantes italianos, Angelelli había participado en el Concilio Vaticano II y había sido designado por el papa Pablo VI como obispo de La Rioja, una de las provincias más pobres del país.
Bergoglio había estado en La Rioja el 13 de junio de 1973, con otros sacerdotes jesuitas, el mismo día en que Angelelli fue apedreado en Anillaco. Al día siguiente, el obispo les predicó un retiro espiritual y el actual Papa percibió a "un pastor que dialogaba con su pueblo", como dijo en 2006.
Dos meses después, acompañó al padre Pedro Arrupe, superior general de los jesuitas, quien al ver la obra del obispo y el escenario político y social en que se desenvolvía, dijo: "Esto es lo que quiere la Iglesia desde el Concilio Vaticano II". En agosto de 2006, a 30 años de la muerte de Angelelli, el entonces cardenal Bergoglio presidió una misa en La Rioja y revalorizó la vida del pastor riojano y las circunstancias de su muerte, desdibujando de esa manera la teoría del accidente automovilístico.


"Fue testigo de la fe derramando su sangre. Ese día alguno se puso contento. Creyó que era su triunfo, pero fue la derrota de los adversarios", dijo, en una homilía en la que destacó el "coraje y aguante apostólico para sobrellevar las dificultades de la predicación del Evangelio". Bergoglio reivindicó también a los sacerdotes Carlos de Dios Murias y Gabriel Longueville, asesinados el 18 de julio de 1976 en Chamical, y al laico Wenceslao Pedernera, ultimado una semana después. "Dieron su sangre para la Iglesia", dijo, en momentos en que la Iglesia no había dado pasos para exigir el esclarecimiento de lo sucedido.

Esa homilía fue un quiebre y coincidió con la reapertura del proceso judicial, tras la nulidad de las leyes de obediencia debida y punto final.



No hay comentarios:

Publicar un comentario