miércoles, 29 de abril de 2015

«¡Cuánto quisiera que 

a la entrada de un pobre a la Iglesia 

nos arrodilláramos!»


 
 
Francisco y los pobres
(©Reuters)
(©REUTERS) FRANCISCO Y LOS POBRES

El video-mensaje de Papa Francisco a los que participan en la velada “Si no fuera por ti”, el espectáculo propuesto por los huéspedes de los centros de acogida de la Cáritas de Roma. «Ustedes para nosotros no son un peso. Son la riqueza sin la cual nuestros intentos de descubrir el rostro del Señor son vanos»


ANDREA TORNIELLI
CIUDAD DEL VATICANO


«¡Cuánto quisiera que la Iglesia de Roma se manifestara cada vez más como madre atenta y premurosa hacia los débiles», que las comunidades parroquiales «a la entrada de un pobre a la Iglesia se arrodillaran en veneración», que «se tocara la carne de Cristo presente en los necesitados de esta ciudad!». Son las palabras que el obispo de Roma, Papa Francisco, pronunció en el video-mensaje grabado para los participantes de la velada “Si no fuera por ti”, el espectáculo propuesto por los huéspedes de los centros de acogida de la Cáritas de la diócesis romana. El espectáculo se representa esta tarde en el teatro Brancaccio de la capital italiana. Los pobres y los que sufren, que reciben ayuda de la Cáritas, se convierten en actores y cuentan las experiencias de abandono y de marginación que han vivido.

«Esta iniciativa teatral –afirmó el Papa– habla de su amor por los hijos, por los padres, por la vida, por Dios. Estoy contento de estar en este mundo entre ustedes, de complacerme con su valentía, de decirles que no pierdan la confianza y la esperanza. ¡Dios los ama, ama a todos!».

«Considero la modalidad con la que hablan a la ciudad –continuó Francisco– una ocasión de diálogo y de intercambio significativo. Ustedes en la cátedra y los demás escuchando, y, estoy seguro, maravillados por las riquezas ofrecidas. ¿A quién se le ocurre que una persona sin hogar puede ser una persona de la que hay que aprender? ¿Quién cree que puede ser un santo? En cambio, esta tarde, serán ustedes quienes convertirán el escenario en un lugar desde el cual transmitirnos enseñanzas preciosas sobre el amor, sobre la necesidad, sobre la solidaridad, sobre cómo en las dificultades se encuentra el amor del Padre».

Papa Bergoglio observó que la pobreza es la «gran enseñanza» que nos dio Jesús cuando bajó a las aguas del Jordán para ser bautizado. «No lo hizo por necesidad de penitencia, de conversión; lo hizo para estar en medio de la gente, gente que necesita perdón, en medio de nosotros los pecadores, y cargar el peso de nuestros pecados. Esta es la vía que eligió para consolarnos, salvarnos, liberarnos de nuestra miseria. Lo que da verdadera libertad, verdadera salvación y verdadera felicidad es su amor de compasión, de ternura y de compartir. El Buen Samaritano que nos recoge, heridos por malhechores».

Francisco después ofreció al

«¡Cuánto quisiera que a la entrada de un pobre a la Iglesia nos arrodilláramos!»

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Francisco y los pobres
(©Reuters)
(©REUTERS) FRANCISCO Y LOS POBRES

El video-mensaje de Papa Francisco a los que participan en la velada “Si no fuera por ti”, el espectáculo propuesto por los huéspedes de los centros de acogida de la Cáritas de Roma. «Ustedes para nosotros no son un peso. Son la riqueza sin la cual nuestros intentos de descubrir el rostro del Señor son vanos»

ANDREA TORNIELLI
CIUDAD DEL VATICANO

«¡Cuánto quisiera que la Iglesia de Roma se manifestara cada vez más como madre atenta y premurosa hacia los débiles», que las comunidades parroquiales «a la entrada de un pobre a la Iglesia se arrodillaran en veneración», que «se tocara la carne de Cristo presente en los necesitados de esta ciudad!». Son las palabras que el obispo de Roma, Papa Francisco, pronunció en el video-mensaje grabado para los participantes de la velada “Si no fuera por ti”, el espectáculo propuesto por los huéspedes de los centros de acogida de la Cáritas de la diócesis romana. El espectáculo se representa esta tarde en el teatro Brancaccio de la capital italiana. Los pobres y los que sufren, que reciben ayuda de la Cáritas, se convierten en actores y cuentan las experiencias de abandono y de marginación que han vivido.

«Esta iniciativa teatral –afirmó el Papa– habla de su amor por los hijos, por los padres, por la vida, por Dios. Estoy contento de estar en este mundo entre ustedes, de complacerme con su valentía, de decirles que no pierdan la confianza y la esperanza. ¡Dios los ama, ama a todos!».

«Considero la modalidad con la que hablan a la ciudad –continuó Francisco– una ocasión de diálogo y de intercambio significativo. Ustedes en la cátedra y los demás escuchando, y, estoy seguro, maravillados por las riquezas ofrecidas. ¿A quién se le ocurre que una persona sin hogar puede ser una persona de la que hay que aprender? ¿Quién cree que puede ser un santo? En cambio, esta tarde, serán ustedes quienes convertirán el escenario en un lugar desde el cual transmitirnos enseñanzas preciosas sobre el amor, sobre la necesidad, sobre la solidaridad, sobre cómo en las dificultades se encuentra el amor del Padre».

Papa Bergoglio observó que la pobreza es la «gran enseñanza» que nos dio Jesús cuando bajó a las aguas del Jordán para ser bautizado. «No lo hizo por necesidad de penitencia, de conversión; lo hizo para estar en medio de la gente, gente que necesita perdón, en medio de nosotros los pecadores, y cargar el peso de nuestros pecados. Esta es la vía que eligió para consolarnos, salvarnos, liberarnos de nuestra miseria. Lo que da verdadera libertad, verdadera salvación y verdadera felicidad es su amor de compasión, de ternura y de compartir. El Buen Samaritano que nos recoge, heridos por malhechores».

Francisco después ofreció algunas citas significativas de los Padres de la Iglesia: «Escribía San Gregorio de Nisa, un gran teólogo de la antigüedad: “Consideren bien quiénes son los pobres en el Evangelio y descubrirán su dignidad: ellos han revestido el rostro del Señor. En su misericordia, Él les dio su propio rostro”. Y San Agustín decía: “Sobre la tierra Cristo es indigente en la persona de sus pobres. Entonces, hay que temer al Cristo del cielo y reconocerlo sobre la tierra: en la tierra Él era pobre, en el cielo es rico. En su misma humanidad subió al cielo en cuanto rico, pero permanece todavía aquí entre nosotros en el pobre que sufre”».

«Yo también –continuó el Papa– deseo hacer mías estas palabras. Ustedes para nosotros no son un peso. Son la riqueza sin la cual nuestros intentos de descubrir el rostro del Señor son vanos. Pocos días antes de mi elección, recibí una carta de felicitaciones y de oraciones de ustedes. Recuerdo que les respondí inmediatamente diciéndoles que los llevo en el corazón y que estoy a su disposición. Confirmo esas palabras. En aquella ocasión, les pedí que rezaran por mí. Renuevo la petición. Lo necesito verdaderamente».

Francisco después agradeció a todos los agentes «de nuestra Cáritas», diciendo que los siente «como mis manos, las manos del obispo, al tocar el cuerpo de Cristo». Agradeció a los voluntarios y expresó algunos deseos al final. «Cuánto quisiera que esta ciudad, constelada en todas las épocas de personas impregnadas de amor de Dios (pensemos en San Lorenzo, sus joyas eran los pobres; en San Pamaquio, senador romano, convertido y que se dedicó completamente al servicio de los últimos; en Santa Fabiola, la primera que construyó en Porto un albergue para pobres; en San Felipe Neri, en el beato Angelo Paoli, en San José Labre, hombre de la calle, hasta en don Luigi di Liegro, el fundador de nuestra Cáritas de Roma), decía: ¡cuánto quisiera que Roma pudiera brillar de “pìetas” por los que sufren, de acogida para los que huyen de la guerra y de la muerte, de disponibilidad, de sonrisa y de magnanimidad para los que han perdido la esperanza».

«¡Cuánto quisiera –añadió– que la Iglesia de Roma se manifestara cada vez más como madre atenta y premurosa hacia los débiles! Todos tenemos debilidades, todos tenemos, cada uno las propias. ¡Cuánto quisiera que las comunidades parroquiales en oración, a la entrada de un pobre a la Iglesia, se arrodillaran en veneración de la misma manera como cuando entra el Señor! ¡Cuánto quisiera esto, que se tocara la carne de Cristo presente en los necesitados de esta ciudad!».gunas citas significativas de los Padres de la Iglesia: «Escribía San Gregorio de Nisa, un gran teólogo de la antigüedad: “Consideren bien quiénes son los pobres en el Evangelio y descubrirán su dignidad: ellos han revestido el rostro del Señor. En su misericordia, Él les dio su propio rostro”. Y San Agustín decía: “Sobre la tierra Cristo es indigente en la persona de sus pobres. Entonces, hay que temer al Cristo del cielo y reconocerlo sobre la tierra: en la tierra Él era pobre, en el cielo es rico. En su misma humanidad subió al cielo en cuanto rico, pero permanece todavía aquí entre nosotros en el pobre que sufre”».

«Yo también –continuó el Papa– deseo hacer mías estas palabras. Ustedes para nosotros no son un peso. Son la riqueza sin la cual nuestros intentos de descubrir el rostro del Señor son vanos. Pocos días antes de mi elección, recibí una carta de felicitaciones y de oraciones de ustedes. Recuerdo que les respondí inmediatamente diciéndoles que los llevo en el corazón y que estoy a su disposición. Confirmo esas palabras. En aquella ocasión, les pedí que rezaran por mí. Renuevo la petición. Lo necesito verdaderamente».

Francisco después agradeció a todos los agentes «de nuestra Cáritas», diciendo que los siente «como mis manos, las manos del obispo, al tocar el cuerpo de Cristo». Agradeció a los voluntarios y expresó algunos deseos al final. «Cuánto quisiera que esta ciudad, constelada en todas las épocas de personas impregnadas de amor de Dios (pensemos en San Lorenzo, sus joyas eran los pobres; en San Pamaquio, senador romano, convertido y que se dedicó completamente al servicio de los últimos; en Santa Fabiola, la primera que construyó en Porto un albergue para pobres; en San Felipe Neri, en el beato Angelo Paoli, en San José Labre, hombre de la calle, hasta en don Luigi di Liegro, el fundador de nuestra Cáritas de Roma), decía: ¡cuánto quisiera que Roma pudiera brillar de “pìetas” por los que sufren, de acogida para los que huyen de la guerra y de la muerte, de disponibilidad, de sonrisa y de magnanimidad para los que han perdido la esperanza».

«¡Cuánto quisiera –añadió– que la Iglesia de Roma se manifestara cada vez más como madre atenta y premurosa hacia los débiles! Todos tenemos debilidades, todos tenemos, cada uno las propias. ¡Cuánto quisiera que las comunidades parroquiales en oración, a la entrada de un pobre a la Iglesia, se arrodillaran en veneración de la misma manera como cuando entra el Señor! ¡Cuánto quisiera esto, que se tocara la carne de Cristo presente en los necesitados de esta ciudad!».

domingo, 26 de abril de 2015

In morte di un obispo



Marcha silenciosa en Ciudad de Guatemala
(©Ap)
(©AP) MARCHA SILENCIOSA EN CIUDAD DE GUATEMALA

El 26 de abril de 1998 fue asesinado el obispo guatemalteco Juan José Gerardi. Su gente lo recuerda con una marcha silenciosa


ALVER METALLI



La marcha silenciosa comenzará dentro de pocas horas en la plaza de la catedral metropolitana y recorrerá las calles del centro de Ciudad de Guatemala hasta la casa parroquial de San Sebastián donde vivía, a poca distancia de la casa presidencial, y donde los pobres restos fueron llevados en abril de 2013. El cuerpo, refieren los testigos, después de la mortal agresión con piedras estaba tan desfigurado que solo pudieron identificarlo por el anillo episcopal y los posteriores análisis de laboratorio. Pasaron 17 años, pero los guatemaltecos no olvidan a Juan José Gerardi Conedera, su combativo defensor. Apenas 54 horas antes el obispo había difundido un informe sobre los actos de violencia que se cometieron entre 1960 y 1996, durante los años de los gobiernos militares, titulado “Guatemala nunca más”, que ya desde el mismo encabezamiento evoca el análogo argentino sobre los crímenes de la dictadura militar.

A la Oficina de Derechos Humanos del arzobispado de Ciudad de Guatemala, que fundó Gerardi y dirigió hasta su muerte, se unirán en la marcha silenciosa el Movimiento Gerardi, formado por grupos católicos, asociaciones de derechos humanos, parroquias y ONG de diversas extracciones, con representantes de las comunidades indígenas por las que tanto luchó el obsipo guatemalteco. El resultado del minucioso trabajo al que se había dedicado hubiera podido llevar a juicio a algunos militares, por crímenes de lesa humanidad en los años que siguieron a la firma de los Acuerdos de paz con la guerrilla, suscriptos en 1996. En junio de 2001 fueron condenados a 21 años de reclusión, como autores materiales del asesinato, el capitán Byron Lima, su padre, el coronel retirado Disrael Lima y el sacerdote Mario Orantes. Las organizaciones guatemaltecas de derechos humanos consideran, sin embargo, que todavía no se ha esclarecido la responsabilidad de los autores intelectuales del hecho.

Las analogías del asesinato de Gerardi con el del Romero, en el vecino El Salvador, son muchas. Por esa razón se ha previsto una nutrida participación de delegaciones guatemaltecas en la beatificación de monseñor Romero, el 23 de mayo, a cuarenta minutos de vuelo de Ciudad de Guatemala.

La biografía de monseñor Gerardi que publica el sitio de la Conferencia episcopal de Guatemala, recuerda cuando fue elegido obispo de El Quiché en 1974. “Eran los años en que la situación de violencia crecía mucho en este territorio, uno de los más pobres de Guatemala”. En El Quiché, dice el texto, “la lucha entre el ejército y la guerrilla se volvía cada día más fuerte, alcanzando situaciones terribles entre 1980 y 1983. Cientos de catequistas y directivos de las comunidades cristianas, casi todos mayas, fueron asesinados”.

Otro momento que se menciona en la biografía oficial se remonta a 1980, el año del asesinato de Romero, cuando monseñor Gerardi era Presidente de la Conferencia episcopal de Guatemala. “Aquel año –dice el sitio- viaja al Vaticano para asistir al Sínodo de la Familia. A su regreso, se le prohíbe el ingreso al país, por lo que viaja a San Salvador, donde no le dan asilo, y finalmente a Costa Rica, desde donde siguió siendo el Presidente de la Conferencia Episcopal de Guatemala”. Gerardi recién pudo volver a su país en 1982 y dos años después, en agosto de 1984, fue nombrado Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Guatemala y párroco, al mismo tiempo, de San Sebastián.

Las circunstancias que sellaron el destino de Gerardi ocurrieron en 1988, cuando la Conferencia Episcopal delegó a Monseñor Rodolfo Quezada Toruño (posteriormente creado cardenal por Juan Pablo II en 2003) y a monseñor Juan Gerardi para participar en la Comisión Nacional de Reconciliación que se forma ese año. Gerardi creó la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado, que se ocupa hasta hoy de tutelar los derechos de los desaparecidos o asume nuevos casos de violaciones. En este contexto comenzó el proyecto interdiocesano de Recuperación de la Memoria Histórica, al que el obispo se dedicaba casi por completo. Cientos de testimonios desfilaron por las oficinas de la Comisión presidida por Gerardi, permitiendo reconstruir un cuadro de violaciones sistemáticas cometidas sobre todo por el ejército o grupos de civiles que actuaban junto a ellos en la obra de represión. Los cuatro volúmenes de la investigación documentan más de 54 mil casos de violaciones de derechos humanos, torturas, desapariciones, mutilaciones, masacres y estupros.
El resultado del trabajo se presentó al público el 24 de abril de 1998. El 26 de abril de 1998 Gerardi fue asesinado

viernes, 24 de abril de 2015

Cómo reproducimos la cultura del capital

Leonardo Boff


              En el artículo anterior –La cultura capitalista es anti-vida y anti-felicidad– intentamos, teóricamente, mostrar que la fuerza de su perpetuación y reproducción reside en la exacerbación de un aspecto de nuestra naturaleza, que consiste en el afán de autoafirmarse, de fortificar el propio yo para no desaparecer o ser engullido por los otros. Pero difumina e incluso niega el otro aspecto, igualmente natural, el de la integración del yo y del individuo en un todo, en la especie, de la cual es un representante.

            Sin embargo no es suficiente detenernos en este tipo de reflexión es insuficiente. Junto a ese dato originario existe otra fuerza que garantiza la perpetuación de la cultura capitalista. Es el hecho de que nosotros, la mayoría de la sociedad, internalizamos los “valores” y el propósito básico del capitalismo, que es la expansión constante del lucro, que permite un consumo ilimitado de bienes materiales. Quien no tiene, quiere tener, quien tiene quiere tener más, y quien tiene más dice: nunca es suficiente. Y para la gran mayoría, la competición y no la solidaridad y la supremacía del más fuerte prevalecen sobre cualquier otro valor en las relaciones sociales, especialmente en los negocios.
            La llave para sustentar la cultura del capital es la cultura del consumo, de la permanente adquisición de productos nuevos: un teléfono móvil nuevo con más aplicaciones, un modelo más sofisticado de ordenador, un estilo de zapatos o de vestido diferentes, facilidades de crédito bancario para posibilitar la compra-consumo, aceptación acrítica de las propagandas de productos etc.
            Se ha creado una mentalidad donde todas estas cosas se dan por naturales. En las fiestas entre amigos o familiares y en los restaurantes se consume hasta hartarse, mientras al mismo tiempo las noticias hablan de millones de personas que pasan hambre. No son muchos los que se dan cuenta de esta contradicción, pues la cultura del capital educa para verse primero a sí mismo y no preocuparse de los demás y del bien común. Este, ya lo hemos dicho varias veces, vive en el limbo desde hace mucho tiempo.
            Pero no basta atacar la cultura del consumo. Si el problema es sistémico, tenemos que oponerle otro sistema, anticapitalista, antiproductivista, anticrecimiento lineal e ilimitado. Al TINA capitalista (there is no alternative): «no hay otra alternativa» tenemos que contraponer otra TINA humanista (there is a new alternative): «hay una nueva alternativa».
            Por todas partes surgen brotes alternativos de los cuales cito solo tres como ejemplo: el “bien vivir” de los pueblos andinos, que consiste en la armonía y el equilibrio de todos los factores en la familia, en la sociedad (democracia comunitaria), con la naturaleza (las aguas, los suelos, los paisajes) y con la Pachamama, la Madre Tierra. La economía no se guía por la acumulación sino por la producción de lo suficiente y decente para todos.
            Segundo ejemplo: se está fortaleciendo cada vez más el ecosocialismo, que no tiene nada que ver con el socialismo una vez existente (que era en verdad un capitalismo de Estado), sino con los ideales del socialismo clásico de igualdad, solidaridad, subordinación del valor de cambio al valor de uso, con los ideales de la moderna ecología, como ha sido excelentemente presentado entre nosotros por Michael Löwy en Qué es el ecosocialismo (Cortez 2015) y por otros en varios países, como las contribuciones significativas de James O’Connor y de Jovel Kovel. Ahí se postula la economía en función de las necesidades sociales y de las exigencias de la protección del sistema-vida y del planeta como un todo. Un socialismo democrático, según O’Connor, tendría como objetivo una sociedad racional fundada en el control democrático, en la igualdad social y en el predominio del valor de uso. Löwy añade aún «que tal sociedad supone la propiedad colectiva de los medios de producción, un planeamiento democrático que permita a la sociedad definir los objetivos de la producción y las inversiones, y una nueva estructura tecnológica de las fuerzas productivas» (op. cit. p. 45-46). El socialismo y la ecología comparten los valores cualitativos, irreductibles al mercado, como la cooperación, la reducción del tiempo de trabajo para vivir el reino de la libertad de convivir, de crear, de dedicarse a la cultura y a la espiritualidad y a recuperar la naturaleza devastada. Este ideal está en el ámbito de las posibilidades históricas y orienta prácticas que lo anticipan.
            Un tercer modelo de cultura yo la llamaría la “vía franciscana”. Francisco de Asís, actualizado por Francisco de Roma es más que un nombre o un ideal religioso; es un proyecto de vida, un espíritu y un modo de ser. Entiende la pobreza no como un no tener sino como capacidad de desprenderse siempre de sí mismo para dar y dar, la sencillez de vida, el consumo como sobriedad compartida, el cuidado de los desvalidos, la confraternización universal con todos los seres de la naturaleza, respetados como hermanos y hermanas, la alegría de vivir, de danzar y de cantar hasta cantilenae amatoriae provenzales, cantares de amor. En términos políticos sería un socialismo de la suficiencia y de la decencia y no de la abundancia, por lo tanto, un proyecto radicalmente anti-capitalista y anti-acumulador.
            ¿Utopías? Sí, pero necesarias para no hundirnos en la crasa materialidad, utopías que pueden volverse una referencia inspiradora después de la gran crisis sistémica ecológico-social que vendrá inevitablemente como reacción de la propia Tierra que ya no aguanta tanta devastación. Tales valores culturales sustentarán un nuevo ensayo civilizatorio, finalmente más justo, espiritual y humano.        

Aumentan en gran número 

los sacerdotes en EE.UU.

En 2015 se espera que sean ordenados 595 nuevos curas: un incremento de casi el 25%, en comparación con 2014. Dio la noticia la Conferencia Episcopal de ese país. Las dos terceras partes de los ordenandos son de origen norteamericano.


Noticias positivas para la Iglesia estadounidense. En 2015 se espera que sean ordenados 595 nuevos sacerdotes: un aumento de casi 25% (24.7% para ser exactos) con respecto al año pasado. Dio la noticia la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos, que, de cualquier manera perfiere mantener una actitud prudente. Mons. Michael F. Burbidge, obispo de Raleigh, Carolina del Norte, presidente de la Comisión para el Clero, la Vida Consagrada y las Vocaciones, considera que los números pueden dar esperanza, e inauguran la reflexión sobre la posibilidad de aumentos en el futuro: «Es muy esperanzador observar el ligero aumento en el número de las ordenaciones de este año en los Estados Unidos». Observó también, con respecto a los futuros sacerdotes, «las influencias positivas halladas mientras llevaban a cabo el discernimiento para la llamada», por lo que indicaron que «el apoyo de las familias, de los sacerdotes de la parroquia y de las escuelas católicas había contado mucho».


En 2014, los sacerdotes ordenados en los Estados Unidos fueron 477. Las cifras actuales fueron recibidas con entusiasmo porque parecen confirmar la estabilidad de una inversión de tendencia que se ha manifestado en los últimos años, con algunas excepciones (en 2013 los candidatos fueron 499), y que parece haber puesto punto final a una tendencia negativa permanente. Si en 1965 hubo 994 ordenaciones, fue disminuyendo drásticamente: en 1975 fueron 771, en 1983 fueron 533 y en 2005 hubo solo 454, según el Center for Applied Research in the Apostolate (CARA). En 2010 las ordenaciones diocesanas fueron 459.


En promedio, los futuros sacerdotes tenían alrededor de 17 años cuando consideraron por primera vez la posibilidad de elegir esta vocación. La mayor parte (siete de cada diez) recibió el apoyo de un sacerdote de la parroquia para emprender el camino, de los amigos (el 46%), de los fieles de la misma parroquia (45%) y de sus madres (el 40%). Obviamente, las diferentes influencias no se excluían entre sí. En general, los futuros sacerdotes vivieron por lo menos 15 años en las diócesis o en la eparquía en la que después habrían llevado a cabo el recorrido hacia el sacerdocio.


Un problema característico de los Estados Unidos son lsa “deudas” para estudiar, es decir los financiamientos obtenidos para cursar estudios y que los estudiantes tendrán que pagar cuando hayan acabado. «Más del 26% de los sacerdotes ordenados había contraído una deuda educativa, a la hora de entrar al seminario: un promedio de 22.500 dólares», declaró el padre W. Shawn McKnight, director ejecutivo del Secretariato. En el futuro será necesario encontrar una manera para ayudar a los futuros sacerdotes en la obra de reducción de la deuda.


La edad promedio de los sacerdotes ordenados en 2015 es de 31 años. Son unpoco más jóvenes con respecto a sus colegas de 2014, pero se sigue confirmando el modelo de los años anteriores, es decir la entrada al sacerdocio con más de treinta años.


Las dos terceras partes (el 69%) de los “ordenandos” son estadounidenses de origen caucásico-europeo; el 10 % tienen orígenes asiáticos o de las islas del Pacífico, y el 14 % son hispanos. Un cuarto de ellos nació fuera de los Estados Unidos: Colombia, México, Filipinas, Nigeria, Polonia y Vietnam. Han vivido, en promedio, unos 12 años en los Estados Unidos. La mayor parte de ellos es católica desde la infancia y solo el 7% se convirtió más tarde.


Los padres del 84% de los futuros sacerdotes son católicos, y el 37% tiene un pariente que es sacerdote o religioso. Más de la mitad fue a una escuela primaria, a una escuela superior o a un “college” católicos. Seis de cada diez tuvieron un empleo antes de entrar al seminario. Siete de cada diez recitaban regularmente el Rosario y practicaban la adoración eucarística antes de entrar al seminario.

jueves, 23 de abril de 2015

La fuerte erupción del volcán Calbuco, al sur de Santiago de Chile, ha obligado a las autoridades a ordenar la evacuación de cerca de 70.000 personas que viven en un radio de 20 kilómetros.

Papa, con bandera argentina

"Lo estamos haciendo y a medida que vayan pidiendo lo tienen", dijo a los desaparecidos

El Papa ordenó abrir los archivos del Vaticano sobre la dictadura argentina

La Iglesia del país podria emitir en breve una nota de autocrítica sobre su papel en esos años


 Se trata de documentos que podrían aportar información para esclarecer las causas judiciales que investigan los años más sangrientos de la vida social y política del país en las últimas décadas
Papa besa a un niño con camiseta argentina en la audiencia/>

Papa besa a un niño con camiseta argentina en la audiencia

  • El Papa, a Argentina
  • Papa y bandera argentina
  • La presidenta argentina y el Papa Francisco
  • Francisco, bandera argentina
  • Francisco viajará a Argentina, Chile y Uruguaya en 2016
  • Papa besa a un niño con camiseta argentina en la audiencia
  • Vera Vigevani, madre de una desaparecida por la dictadura
  • Pio Laghi y Videla
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El papa Francisco aseguró que la Iglesia Católica "está abriendo" los archivos del Vaticano sobre la última Dictadura militar argentina. Se trata de documentos que podrían aportar información para esclarecer las causas judiciales que investigan los años más sangrientos de la vida social y política del país en las últimas décadas.
Jorge Mario Bergoglio se refirió al tema cuando Angela Boitano, presidenta de la Asociación Argentina de Familiares de Desaparecidos, le preguntó cuándo tomarían la decisión de abrir los expedientes. "Lo estamos haciendo", contestó.
La conversación entre Boitano y el pontífice se produjo hoy al término de la audiencia general que Francisco celebra cada miércoles en la plaza de San Pedro y durante su breve encuentro le formuló dos preguntas.
"Le dije 'padre Jorge, ahora me gustaría hacerle dos pedidos como papa Francisco. El primero es la apertura de los archivos' y entonces él me dice, bueno, eso lo estamos haciendo y a medida que vayan pidiendo lo tienen", recordó Boitano.
En segundo lugar, preguntó al pontífice si "se podrá lograr una autocrítica de la jerarquía eclesiástica argentina por su actuación en la dictadura" y, según refirió, el papa le dijo que "se está preparando".
"En eso estamos. Tuvimos una reunión con un señor y hace un mes que se está preparando", dijo el pontífice según la entrevistada, que aseguró no recordar el nombre del "señor" con el que se reunió el Papa.


En relación con la apertura de los archivos de la Santa Sede para esclarecer sucesos cometidos durante la dictadura, Boitano dijo saber "positivamente" que "en dos o tres juicios" la aportación de la Iglesia fue esencial para que los tribunales argentinos condenen diversos delitos de lesa humanidad.
Entre ellos recordó el reciente juicio de monseñor Enrique Angelelli, cuyo asesinato en 1976 quedó aclarado gracias a una carta que el obispo envió al Vaticano poco antes de su muerte y que fue desvelada a petición del Papa el pasado año.

(RD/Agencias)

Ni pastores, ni ovejas, 

todos uno en Cristo: amigos

Xabier Pikaza


El evangelio de este domingo del Buen Pastor, nos sitúa ante un tema apasionante, con la imagen del Buen Pastor, que Jesús ha recreado de tal forma que al fin no hay pastor y rebaño, sino amigos.

Ciertamente, en la vida concreta hay “pastores” que cuidan/dirigen a otros y mercenarios que cobran y escapan ante el primer peligro, con guardianes piel de oveja convertidos lobos peligrosos, como ha destacado una larga y profunda tradición israelita (de Ez a 1 Henoc, de 3 Isaías a Jubileos).
Sobre eso fondo oscuro, de sangre en la noche (con pastores que saltan por las bardas del corral y matan ovejas, sedientos de sangre), se eleva Jesús como Buen Pastor, que conoce a sus ovejas y comparte con ellas la vida, de forma que muere incluso para defenderlas... abriendo un camino en que al final no hay pastores y rebaño, sino todos amigos, compartiendo una vía de conocimiento comunión de vida.
Jesús empieza siendo pastor de un rebaño de ovejas dividida, enfrentadas entre sí, con odio de muerte… pero lo es para transformarlas, para que cambie la la vida de los hombres y mujeres, de manera que al fin no halla pastores y ovejas, sino personas que se aman y acompañan… Todos pastores, es decir, todos ovejas, en conocimiento mutuo, en comunión creadora.
Ésta imagen evoca rasgos antiguos, y así debe transformarse y recrearse, como ha hecho Jesús y como haré en las reflexiones que siguen, a partir de dos textos ejemplares de la tradición cristiana:
-- Gal 3, 28: Ya no hay señores y siervos, hombres y mujeres, pastores y ovejas, sino que todos sois uno en Cristo, es decir, hijos de Dios, hermanos.
-- Jn 15, 15: No os llamo siervos, ni ovejas, ni quiero dirigiros desde arriba, como un señor, en línea de servidumbre, como el pastor-hombre que dirige a las ovejas-animales.

Cristo ha querido que todos seamos “amigos”, conociéndonos y acompañándonos unos a otros. Eso no va en contra de un "liderazgo cristiano", es decir, de una vocación y misión de servicio, sino todo lo contrario, como seguiré diciendo
Imágenes. La primera es más tradicional, con perros pastores incluidos. La segunda recogen la imagen del rebaño tradicional que pasa por Madrid, vía pecuaria, por el lugar de la Cibeles, donde se juntan cuando ganan los rebaños del llamado Real Madrid. Buen domingo a todos, todos pastores y rebaño, es decir, amigos.
Texto: Jn 10, 11-18
En aquel tiempo, dijo Jesús: "Yo soy el buen Pastor. El buen pastor da la vida por las ovejas; el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir el lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo hace estrago y las dispersa; y es que a un asalariado no le importan las ovejas.
Yo soy el buen Pastor, que conozco a las mías, y las mías me conocen, igual que al Padre me conoce, y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas. Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también a ésas las tengo que traer, y escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño, un solo Pastor. Por esto me ama el Padre, porque yo entrego mi vida para poder recuperarla. Nadie me la quita, sino que yo la entrego libremente. Tengo poder para entregarla y tengo poder para recuperarla: este mandato he recibido de mi Padre.
"
1. Una imagen de oriente. El pastor y las ovejas

La figura del pastor y su rebaño pertenece al mundo cotidiano del antiguo oriente mediterráneo. Desde la perspectiva del Nuevo Testamento, ella culmina en Jn 10, 2-16 (el Buen Pastor) y en Mt 25, 31-46 (juicio final) y ha tenido gran influjo en la visión posterior de la iglesia cristiana que ha concebido a sus ministros como «pastores» y interpretado su acción ministerial como «pastoral».

Pastor es el rey, que protege y guía sus rebaños de hombre, ayuda a los débiles, protege a los enfermos. Pastor es en el cielo Dios, aquel que cuida del rebaño grande de los hombres. Ésta es una imagen valiosa, pero corre el riesgo de establecer una distancia entre el guía-pastor que es el único individuo activo y el resto de los hombres, entendidos como rebaño pasivo.
Desde Abel, que fue el primer pastor asesinado (Gen 4, 2) y desde Yabel, hijo de Lamec, que fue padre de todos los que crían ganado y viven en tiendas (cf. Gen 4, 20), con los patriarcas, pastores de ganados (cf. Gen 13, 7; 26, 20; 46, 32), la Biblia está llena de pastores, aunque la cultura israelita dominante acaba siendo agrícola y urbana. En esa línea, el recuerdo de David, pastor de ovejas en los campos de Belén (1 Sam 16, 13; 17, 20), se ha mantenido vivo en la tradición mesiánica. Un salmo dice que Dios tomó a David de los rediles de ovejas, para hacerle rey de Israel, de manera que su oficio y tarea de pastor de ovejas sirve de base simbólica para entender su trabajo de pastor del pueblo (cf. Sal 78, 70).
2. Valor y riesgo de esa imagen
Esa imagen del pastor es más propia de los pueblos del oriente, desde Siria hasta Mesopotamia y Persia, en un tiempo y lugar o en que el cuidado de los animales resulta incluso más importante que la agricultura.
El agricultor siembra y vigila el sembrado, pero no puede actuar directamente. Tiene que dejar que sea la misma tierra la que, con sol y con agua, consiga que broten y maduren los frutos.
Por el contrario, el pastor tiene que cuidar constantemente al rebaño, día y noche, velando, protegiendo y dirigiendo a cada una de las ovejas que, abandonadas a sí mismas, morirían en la garras del lobo.
El pastor instaura por tanto un tipo de gobierno de “dictadura ilustrada”. Sabe lo que necesitan sus ovejas y por eso las cuida y dirige desde arriba, las alimenta y las cuida, velando por ellas, siempre desde un plano más alto… Esta imagen es buena, pero debe utilizarse con cuidado, porque los cristianos no son ovejas, sino personas con libertad. .
3. Jesús. De la oveja perdida al Buen Pastor (Jn 10).
Jesús toma la imagen del pastor y la recrea de diversas formas. Así dice que se apiada de los hombres porque están «dispersos y perdidos, como ovejas que no tienen pastor» (Mt 9, 36). En ese contexto se inscribe su acción misericordiosa, que viene a expresarse de manera privilegiada en la parábola del pastor:
«¿Quién de vosotros, teniendo cien ovejas y perdiendo una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto y va hacia la perdida hasta encontrarla? Y encontrándola la pone en sus espaldas con gran gozo y viene hasta su casa y llama a sus amigos y les dice: alegraos conmigo porque he encontrado a mi oveja perdida» (Lc 14, 3-6).
A Jesús le han acusado de comer con pecadores, perdonando y recibiendo en su mesa a los proscritos de la alianza (publicanos, prostitutas). Él se defiende contando esta parábola, en la que Dios (o el pastor mesiánico) viene a mostrar su solidaridad con las ovejas perdidas. En esa línea se sitúa el texto del buen pastor, propio de este domingo 4 de Pascua:
«Yo soy el buen pastor; el buen pastor entrega su vida por sus ovejas. El mercenario, el que no es pastor ni tiene a las ovejas como propias, ve venir al lobo y abandona, huyendo, a las ovejas; y así viene el lobo y las destroza y las dispersa. Yo soy el buen pastor; conozco a mis ovejas y ellas me conocen, como el Padre me conoce y yo conozco al Padre. Así entrego mi vida por las ovejas. Tengo otras ovejas que no son de este redil; las debo conducir, para que escuchen mi voz y de esa forma haya un rebaño y un pastor» (Jn 10, 11-16).
Siguiendo en la línea anterior, el pastor se ha convertido de alguna forma en padre y amigo del rebaño, siendo él mismo rebaño. Esta alegoría del Jesús pastor tiene tres rasgos o elementos principales.
‒ Pastor es quien sabe que el mismo Dios se ha hecho servidor de sus hermanos, los restantes hombres y mujeres. No vive para aprovecharse de ellos, sino para acompañarles y ayudarles.
‒ La esencia más honda de todo pastores es el conocimiento: Jesús es verdadero pastor porque conoce a las ovejas (hombres), dialogando con ellas en intimidad de corazón.
‒ Pastor es quien da la vida… No se aprovecha de las “ovejas”, vive para ella, en gesto de conocimiento y de entrega, en comunión de vida
4. Una pastoral cristiana que no es pastoreo
Desde ese fondo ha de entenderse el “gobierno pastoral” de la Iglesia, que no es gobierno (no gobiernan unos a otros), ni es pastoreo (unos dirigen a otros), sino comunión de vida.
a) Jesús (el NT) utiliza la imagen del “pastor”, pero la invierte y transforma de un modo radical, de manera que el pastor al final es otra cosa: En la Iglesia no hay pastores y rebaños, hay amigos. “No os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que piensa y quiere su señor; os llamo amigos, porque os he comunicado todo…”.

b) Una imagen pastoral con animales (pastores humanos como reyes, y ovejitas sometidas) podría acabar yendo en contra del mensaje y proyecto de Jesús, fundado en la fraternidad y en la comunión entre los hombres (a partir de los últimos), más que en el cuidado del pastor, que se ocupa de unas ovejas inferiores.

c) Muy posiblemente, la imagen y tarea del pastor/pastoral tendría que superarse en la actualidad, pues no responde a nuestra experiencia de la vida, ni al mensaje de fondo de Jesús.

5. Un signo nuevo, una imagen que debe cambiarse

A pesar de lo anterior, la imagen del buen pastor es importante, pues nos lleva al centro de una vida que es don…

(a) Nuestra vida es una llamada, vocación. Soy porque me llaman a la vida, me despiertan, me animan. Así me llama y anima el Dios de Jesús, para que yo sea, volviéndose mi amigo. El mismo pastor se vuelve oveja, todos ovejas, todos pastores, dialogando en respeto y servicio mutuo.

(b) Hay un rasgo eclesiológico. Jesús es verdadero pastor porque conoce a las ovejas (hombres), dialogando con ellas en intimidad de corazón. Sólo así, sobre una base de conocimiento personal puede fundarse la comunidad de los iniciados a la vida, como iglesia donde todos tienen un lugar para vivir en plenitud. Jesús es pastor haciendo a todos pastores. El rebaño de ovejas se convierte en comunidad de pastores, hablando cada uno con los otros, siendo cada uno puerta de vida para los demás.
(c) Este signo del pastor nos saca del ámbito animal (pastoral) para situarnos en un plano intensamente personal, de comunicación afectiva. En ese contexto debemos añadir encargo de Jesús a Pedro a quien pide que «apaciente sus ovejas», es decir, que las conozca, que garantice un espacio de libertad y de diálogo para todas (Jn 21, 16-17).
En esa línea se dirá que los ministros de la iglesia son pastores que aman a las ovejas, dialogando con ellas como Buen Pastor, que es Cristo. Éste es el gobierno del diálogo. No de un pastor que organiza desde arriba la vida del rebaño, sino de un pastor que dialoga con el rebaño… de forma que al final el mismo gobierno es diálogo de todos… Guardar el rebaño es abrir espacio de diálogo entre todas las ovejas, en conocimiento mutuo.

6. En un tiempo de cambios

Jesús fue hombre del pueblo y cultivó los símbolos 'populares. No fue reformador de instituciones, ni quiso crear un orden especial de nuevos ritos, sino desarrollar la creación, partiendo desde abajo, de los pobres, y por eso fue asesinado por los representantes del sistema político-religioso. Pues bien, algunos de sus seguidores creyeron en él y fundaron varias comunidades (Galilea, Jerusalén, los helenistas) para mantener su memoria, centrada en el mensaje de Reino y el Pan compartido, creando para ellos diversas instituciones y ministerios (de enviados y profetas, maestros y servidores, ancianos e inspectores) que surgieron de la misma entraña mesiánica y secular de su movimiento.
Pero el tiempo de un tipo de instituciones está acabando y desde la raíz del evangelio han de surgir, en las mismas comunidades, creyentes liberados para el ministerio evangélico, sin jerarquía ni discriminación de raza o sexo (Gal 3, 28), en libertad y comunión de amor, por encima del sistema, al servicio de la Palabra y de la Comunión mesiánica, como si estos tiempos fueran (y son) los definitivos (cf. Mc 1, 14-15). Así ha de darse ahora, a comienzos del siglo XXI, la nueva revolución cristiana, empalmado con la primera, en el siglo I d.C.
− Un rebaño de pastores, explorando el nuevo camino de la vida, animados por Jesús. Explorar implica introducirse en la experiencia de Dios, tal como la vivió Jesús, dejarse curar y trasformar, como aquellos a quienes él curaba, para ver y escuchar, hablar y caminar, dejarse iluminar, con Pedro y María Magdalena, con Felipe el evangelista y con Pablo. Los nuevos ministros cristianos deben ser transformados por la riqueza del mensaje de Jesús, sondeando el impulso del Evangelio desde las condiciones de este mundo para abrir caminos en el nuevo continente del Reino, con la fuerza del Espíritu, en experiencia gratuita de creatividad, recreando lo que habían sofocado los escribas del sistema.
− Comunicación: unidad de encuentro. No basta explorar, hay que avanzar creando caminos de comunión personal, para transformar a las personas y crear formas de comunicación evangélica. No se trata sólo de cambiar las instituciones por fuera, suprimiendo las viejas y creando unas nuevas, más modernas y 'democráticas' en un sentido sólo externo, como quieren algunos, ni de cambiar a las personas que gobiernan, poniendo en su lugar otras mejores (cosa difícil y casi inútil, si siguen las mismas estructuras), sino de superar desde el evangelio la institución actual, no para abandonar a cada uno a la improvisación y al grupo a la anarquía, sino para ensayar y promover desde Jesús un encuentro de Palabra y Pan que ofrezca espacio y camino de concordia para todos los humanos.
Estamos en una situación compleja y la solución consiste en volver a los orígenes del mensaje y confesión de Jesús como Hijo de Dios, a su experiencia del Reino. Este es el camino universal: dejar que el evangelio nos inquiete y transforme, explorando con su ayuda y suscitando formas de celebración intensa de la palabra y el pan de Jesús (que son el pan y palabra de la vida concreta), desde ahora mismo, en libertad, sin esperar a que lo diga una jerarquía superior (pero sin negarla), en obediencia compartida al Dios de Cristo.
Hemos vuelto, casi sin buscarlo, al esquema de los primeros grupos eclesiales que surgieron por obra del Espíritu y con ellos debemos explorar nuevos caminos en dirección de evangelio, ofreciendo así nuestra esperanza de comunión en libertad para todos los hombres y mujeres. Como ellos estamos (debemos estar) atentos al evangelio y a las circunstancias de esta nueva vida, al comienzo del tercer milenio .
7. Un vacío de liderazgo, líderes mesiánico
En este contexto es necesario un nuevo tipo de liderazgo (de pastoral) que brote de Jesús... No para que haya menos pastoral (puro anarquismo), sino para que haya buena pastoral, desde el testimonio de Jesús, en libertar y creatividad...
No estamos ante un exceso de liderazgo, sino ante un vacío enorme de liderazgo cristiano, ante un vacío de pastoral auténtica, que brote de la raíz del evangelio. No se trata de aportar menos, sino de aportar mucho más, en línea de evangelio. Se trata de crear un tipo de liderazgo cristiano, al servicio de lo más pobres y de la comunión de todos... un liderazgo que pueda servir de ejemplo en este mundo postmoderno, donde no hay verdadero liderazgo sino imposición de unos sobre otros.
En esa línea, es necesario que vengan pronto las transformaciones, y que se hagan con gran valentía... y con mucha prudencia (las dos cosas van unidad), con mucha capacidad de diálogo, no sólo desde la perspectiva de la Iglesia católica y de las iglesias ortodoxas, sino también desde las comunidades protestantes, pero manteniendo, al mismo tiempo, una gran libertad evangélica.
De todas formas, el problema actual no es tanto la organización de las iglesias que ya existen (que en parte están llamadas a desaparecer), sino la creación de nuevas iglesias, en estos tiempos de cambio, como fueron los tiempos de Jesús y de San Pablo, hasta la segunda mitad del siglo II d. C. En este contexto se sitúa el problema de las vocaciones. El problema no es que existan menos candidatos y menos ordenaciones para los ministerios actuales, cosa que, a mi juicio, es positiva, al menos en occidente.
-- El tipo de clero actual, de tipo jerárquico (entendido como un orden social: se es presbítero para siempre, con parroquia o no, como se era antes conde o marqués) desaparecerá pronto, y es bueno que desaparezca.... porque ya no es signo de evangelio, sino de una estructura sacral antigua (que fue buena quizá en su tiempo, pero que es poco cristiana y mucho menos actual)
Jesús y los primeros cristianos no quisieron que el evangelio desembocare en la creación de una nueva institución de sacralidad, de una organización más, sino que recreara la experiencia de la vida, y se expresara en la misma vida compartida de los creyentes, como testimonio de la gracia de Dios, como gracia y proyecto de comunicación de la Palabra y del Pan.
Lo que importa no es que se mantengan un tipo de ministros sacrales, que en su forma actual nacieron a los dos siglos de Jesús, sino que se extiendan las comunidades cristianas, vinculadas por una celebración donde se comparte la Palabra y el Pan que son de todos. Provenimos de un largo camino de Ortodoxia, es decir, de fidelidad a la inspiración cristiana y también de una Reforma, es decir, de un intento de vuelta al origen. Debemos mantener ambas tensiones (fidelidad al pasado, exigencia de reforma), pero volviendo siempre al origen del evangelio.
Y debemos hacerlo con prudencia y valor, sin volver a la pura liturgia separada de unos grupos sacralizados, ni a al intimismo individualista de algunos protestantes. No tenemos recetas claras de lo que podrá ser el futuro, pero debemos aventurarnos.

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