TOMA LA PALABRA
África, mujer hermosa, ébano modelado con la
luz de la noche, con la brisa de la madrugada, con su cuerpo maltrecho tras
largos siglos de humillación, despreciada, rechazada, ignorada muchas veces,
silenciada… pero siempre con el genio vivo de los antepasados que surca sus
venas, hoy toma la palabra y nos dice:
“Yo,
amigos y amigas que queráis escucharme, os digo de entrada que no soy
mercancía, ni lo son mis hijos e hijas, ni la riqueza de mi piel ajada puede
seguir siendo el botín de vuestros intereses egoístas. Que esto quede claro
desde el principio. No hablo con acritud, no os llaméis a engaño, pero no
quiero faltar a la verdad, al menos a mi verdad, por dolorosa que pueda
resultar.
Os
lleváis mis diamantes, el cacao, el algodón, el uranio, el coltán, el oro, el
marfil, mis maderas… Lo hacéis sin pedirme permiso. A cambio me dejáis una
deuda injusta para tenerme siempre subyugada. Hacéis chantaje a nuestros
dirigentes, los empujáis a la corrupción, sembráis la guerra en mis entrañas
para que circulen las armas homicidas… Todo esto me tiene sumida en una
profunda tristeza.
Pero os
quiero recordar que mi dignidad nunca podréis conculcarla, nunca podréis borrarla
de mi mirada, de mis entrañas de fuego, de pasión, de ingenio, de luz, de
magia, de vida. Sí, estoy muy viva, rotundamente viva. Aunque no lo creáis en
mi espíritu fluye un río manso de ternura que mantiene mi esperanza. Lucho por
salir adelante, no quiero resignarme a la fatalidad de un futuro incierto, sin
porvenir. El caudal inmenso de mi gente joven no me permite ser pesimista.
Os
recuerdo la riqueza de mis tradiciones orales, de las muchas lenguas que hablan
mis hijos. La escultura, la música, la danza, la pintura, el teatro, el cine,
la arquitectura… son algunas de mis expresiones artísticas.
Los proverbios ancestrales desvelan el alma de
la sabiduría que atesoro desde la primera noche de los tiempos.
“Una mano lava a otra mano. Tenemos dos pies
para acudir en ayuda del necesitado. El camino que lleva a la gente que
queremos siempre es corto. El corazón llega donde no llegan los pies. Los
consejos más valiosos provienen del amor. El amor acorta las distancias”.
Estos son
algunos de mis proverbios, sólo algunos. Quisiera gravarlos en la memoria y en
el corazón de cuantos os acercáis a mí, para que todos lleguemos a vivir como
hermanos, para que yo pueda salir de la postración que sufro y que todos
crezcamos en la humanidad y el amor que nos une, o nos debiera unir.
Espero
que mis palabras os den algo de luz para que nuestra relación cambie. Pero si
no me escucháis a mí, al menos prestad oído a estas bellas palabras de Jesús de
Nazaret, que yo misma he oído en vuestros labios:
“Os doy un mandamiento nuevo: que
os améis unos a otros. Como yo os he amado, amaos también entre vosotros. La
señal por la que conocerán que sois discípulos míos será que os amáis unos a
otros”.
La noche llega. Ya
suenan los pilones que majan la comida en los morteros. Pronto aparecerá la
luna, pronto encenderemos las hogueras para calentarnos. En torno a ellas
haremos memoria de nuestros ancestros. Mis ancianos volverán a nombrar nuestros
legítimos valores en forma de cuento. Los cuentos seguirán siendo nuestro río
de la memoria una generación más.
Os invito
a que os incorporéis a la velada, a que abráis bien los oídos, el corazón, a
que aprendáis algo de mí, que yo intentaré aprender cuanto pueda de vosotros.
Escuchad el tam-tam, ya nos convoca. Hay danza. Hay fiesta. Es el momento del
encuentro, de la magia, de la relación, de la vida.
Que el
espíritu del amor y de la bondad nos bendiga siempre y nos de la paz. Vuestra,
con afecto: África”.
Un abrazo. Paco Bautista, sma.
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