martes, 29 de diciembre de 2015

PREGUNTAS DE AÑO NUEVO

José Antonio Pagola 

Hoy comenzamos un «año nuevo»

¿Cómo será? ¿Qué espero yo del nuevo año? ¿Qué deseo de verdad? ¿Qué es lo que necesito? ¿A qué dedicaré mi tiempo más precioso e importante? ¿Qué sería para mí algo realmente nuevo y bueno en este año que hoy comienza?


¿Viviré de cualquier manera, pasando de una ocupación a otra, sin saber exactamente qué quiero ni para qué vivo, o aprenderé a distinguir lo importante y esencial de lo que es secundario? ¿Viviré de forma rutinaria y aburrida, o aprenderé a vivir con espíritu más creativo?

¿Seguiré este año alejándome un poco más de Dios o empezaré a buscarlo con más confianza y sinceridad? ¿Seguiré un año más mudo ante él, sin abrir mis labios ni mi corazón, o brotará por fin de mi alma maltrecha una invocación pequeña, humilde pero sincera?

¿Viviré también este año preocupado solo por mi bienestar o sabré preocuparme alguna vez de hacer felices a los demás? ¿A qué personas me acercaré? ¿Sembraré en ellas alegría, o contagiaré desaliento y tristeza? Por donde yo pase, ¿será la vida más amable y menos dura?

¿Será un año más, dedicado a hacer cosas y más cosas, acumulando egoísmo, tensión y nerviosismo o tendré tiempo para el silencio, el descanso, la oración y el encuentro con Dios? ¿Me encerraré solo en mis problemas o viviré tratando de hacer un mundo más humano y habitable?

¿Seguiré con indiferencia las noticias que día a día me llegarán desde los países del hambre? ¿Contemplaré impasible los cuerpos destrozados de las gentes de Irak o los ahogados de las pateras? ¿Seguiré mirando con frialdad a los que vienen hasta nosotros buscando trabajo y pan? ¿Cuándo aprenderé a mirar a los que sufren con corazón responsable y solidario?

Lo «nuevo» de este año no nos vendrá de fuera. La novedad solo puede brotar de nuestro interior. Este año será nuevo si aprendo a creer de manera nueva y más confiada, si encuentro gestos nuevos y más amables para convivir con los míos, si despierto en mi corazón una compasión nueva hacia los que sufren.

SANTA MARÍA, MADRE DE DIOS, 
al comenzar este año nuevo te pedimos:

“Conserva en nosotros un corazón de niños. 
Un corazón puro y transparente como el manantial. 
Un corazón sencillo y sereno que no saboree las tristezas. Un corazón magnánimo en la manera de darse. 
Un corazón tierno y compasivo, fiel y generoso. 
Un corazón que no olvide ningún bien  y que no guarde recelo por ningún mal. 
Un corazón firme en sus afectos  y de inquebrantable fidelidad. 
Un corazón afectuoso, que irradie una ternura discreta y no rehúse entregarse a los demás. 
Un corazón que comparta las búsquedas y que disfrute acompañando y aconsejando. 
Un corazón generoso, pronto a olvidar las heridas, propias y ajenas 
Un corazón siempre dispuesto a perdonar y a recomenzar. 
Un corazón delicado, capaz de poner amor en los menores detalles y en los servicios más humildes 
Un corazón abierto de par en par, que goce con la alegría de los demás y sepa comprender su dolor. 
Un corazón manso y bueno, que no condene a nadie y no se 
canse nunca de confiar. 
 Un corazón enamorado de Jesús y de su Proyecto. 
Un corazón totalmente comprometido en la defensa y la promoción de la Vida. Amen!”



- Santa María, Madre de Dios – 
C (Lucas 2,16-21) 
01 de Enero 2016

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