miércoles, 30 de diciembre de 2015



Palabra del día

¡Oh, demasiado dichosos [serían] los campesinos si conocieran sus bienes!

nimio

La raíz ne era usada por los pueblos prehistóricos indoeuropeos, como adverbio de negación, que significaba ‘no’. 

Sin embargo, al unirse con otras partículas adquiría diversos significados; con la raíz mei-, que significaba ‘pequeño’, se formaba ne-mei y más adelante ni- mi, que equivalía a ‘no-pequeño’. 

En latín, lengua derivada del indoeuropeo, adoptó la forma nimium = ‘grande, enorme, abundante, excesivo’. 

En portugués, nimio significa hoy ‘demasiado, que excede, desproporcionadamente grande’, definición que aparece en una de las acepciones del diccionario de la Academia Española (RAE). 

En español, curiosamente, la palabra tuvo una evolución diferente: se invirtió el significado porque –según la RAE– fue “mal interpretado” por los hablantes, que pasaron a usarlo con la denotación de ‘insignificante, sin importancia’. 

¿Por qué cambian tan radicalmente los significados de las palabras? 

El etimólogo catalán Joan Corominas observa que la palabra era desconocida en tiempos del Quijote, y que se tornó frecuente hacia fines del siglo XIX, cuando fue adoptada principalmente en textos de religión
 Según él, en expresiones estereotipadas como nimio ciudado o afectación nimia, “al vulgo, letrado o iletrado, pero ignorante del latín”, se le ocurrió la idea de "minuciosidad" y, de ahí, la de "pequeñez". 
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Otras etimologías de Ricardo Soca se pueden hallar en En Perspectiva

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