lunes, 12 de mayo de 2014

La Villa 31 cubierta de afiches, pintadas y murales es la memoria del padre Carlos Mugica, que hoy a cuarenta años de su asesinato sigue vivo en el testimonio de tres generaciones de vecinos de este inmenso conglomerado de ladrillos y cemento. “Mugica fue un vecino más”.

La Villa 31 cubierta de afiches, pintadas y murales es la memoria del padre Carlos Mugica, que hoy a cuarenta años de su asesinato sigue vivo en el testimonio de tres generaciones de vecinos de este inmenso conglomerado de ladrillos y cemento. “Mugica fue un vecino más”. Dejó todo privilegio para unirse a los pobres. (Andrés D Elía)

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