miércoles, 22 de junio de 2016

La Palabra danza en las culturas. 

Una Biblia compartida

Xabier Pikaza
¡Quien pudiera tener alas y volar a Buenos Aires, para estar presente en el Coloquio de Raspanti sobre La Palabra danza en las Culturas, danzando y aprendiendo de esa forma con vosotros!.
Tiene el lector en un programa del curso, y la invitación que sus directores, mis amigos Graciela Dibo, Nélida Sinzhato y Ovaldo Napoli, formulan como sigue:
Tenemos el agrado de invitar a estudiantes y docentes de su Institución a participar en este Coloquio Internacional de Estudios Bíblicos, a realizarse en nuestro Salón del Bicentenario del Instituto, durante los días 7 al 10 de julio de 2016.
Este Coloquio, “La Palabra danza en las culturas”, quiere redescubrir y actualizar el dinamismo de la Palabra /Dabar en la pluralidad de las culturas y su inspiración para la fe y la esperanza de los pueblos que la acogen y la encarnan. El subtítulo, “Pluralidad y diversidad en la Biblia y en su interpretaciones,” motiva a leer en interpretar los textos bíblicos desde la riqueza de la complejidad de nuestros contextos culturales, siguiendo el método de interpretación bíblica latinoamericano: VIDA-TEXTO-VIDA. Acompañan como facilitadores:
Marcelo González (Argentina) Dr. en teología
Maricel Mena (Colombia) Dra. En Ciencias de la religión y estudios bíblicos
Larry José Madrigal (El Salvador)Lic. En teología. Terapeuta
No estaré este año con vosotros, amigos, pero quiero enviaros unas palabras que he preparado para vosotros sobre el tema, desde una perspectiva bíblica, que es más lo mío.
Si Dios quiere seguiré reflexionando y os mandará otra aportación, sobre el Baile de Dios en su Trinidad (Perijóresis) y en la historia de la Biblia, recordando siempre la danza de culturas que define vuestro pueblo americano.
Desde San Morales de Castilla hasta Haedo-Morón del Gran Buenos Aires, mi saludo. Os envío mi lectura de la Biblia cristiana, en danza con la Biblia escrito o hablada de otros pueblos y cultura, una danza en la que quiero aprender a caminar y vivir con vosotros.
BIBLIA, PALABRA QUE DANZA, UN BAILE DE CULTURAS
Los textos sagrados son fuente de diálogo y enriquecimiento, de baile de vida entre religiones y culturas.
Todas las religiones y culturas poseen relatos o textos sagrados (himnos, plegarias rituales), que son una riqueza para ellas y para el resto de la humanidad.
De esos textos, especialmente de los que han sido fijados en libros oficiales y de su relación con la paz y/o la violencia religiosa, trata lo que sigue, desde la perspectiva de la danza de Dios, que es comunión de vida.
En principio, los textos (orales o escritos) son un “mito”, es decir, una resonancia del misterio, que se escucha y se cuenta (se canta, se dice), con palabras que tienen sentido más. De ordinario, los mitos van acompañados de ritos, gestos que manifiestan y revelan su sentido: no son textos decir y pensar, sino para decir y hacer.
Los mitos se extienden y propagan, según las culturas religiosas y así manifiestan la riqueza sagrada de la existencia, en sus diversas formas. No hay un mito primitivo, aunque algunos autores, desde W. Schmitd (Dios celeste) hasta R. Girard (chivo emisario) han querido encontrarlo, sino muchos, según los diferentes pueblos, aunque todos o la mayoría tienen un aire de familia, pues se centran en los temas primordiales de la humanidad: cielo y tierra, hombre y mujer, nacimiento y violencia…
Los grandes mitos, relacionados con el eterno retorno de la vida que vence a la muerte, se han transmitido de forma oral, durante siglos y milenios, adaptándose a los ritmos y culturas de la vida humana. Según eso, los “textos sagrados” son muy anteriores a los escritos estrictamente dichos, que sólo han podido fijarse y transcribirse desde hace poco más de tres milenios en zonas donde ha existido una Escritura sagrada.
Por eso, hablar con aire superior de religiones con “escritos sagrados”, frente a las otras (que no tienen libros) es no sólo orgullo, sino ignorancia. Las grandes religiones existían antes que hubiera libros sagrados. Más aún, los principales fundadores de religiones (como Buda o Jesús e incluso Muhammad), aunque vivían en un contexto con escritura no han escrito, sino que han hablado. En principio, lo sagrado es la Palabra, la comunicación, antes que la Escritura, que es tardía en el conjunto de la humanidad.
Más aún, incluso después que la escritura se ha extendido y se ha aplicado entre las religiones, sólo las monoteístas pueden tener y tienen un tipo de Biblia (Torah o Corán) como Libro donde Dios habla a los hombres, revelándoles su más hondo secreto, algo que otros pueblos (que no tienen Biblia) desconocerían. Como teofanía o revelación “canónica” de Dios, la Escritura sólo ha surgido en las religiones proféticas, en las que Dios se manifiesta de un modo personal.
Para seguir leyendo:
http://blogs.periodistadigital.com/xpikaza.php/2016/06/21/p386080#more386080

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