domingo, 19 de junio de 2016

El beato Romero, testigo de la libertad religiosa en Estados Unidos

La campaña evoca entre otros a Tomás Moro, Edith Stein y Maximiliano Kolbe
El afiche de la campaña que comenzará el 21 de junio


18/06/2016
“Testigo de la libertad” en Estados Unidos. Acaba de conocerse la elección, bastante sorprendente, de monseñor Romero –beato desde mayo de 2015- para integrar la selecta lista de catorce testigos de la campaña por la libertad religiosa promovida por los obispos de Estados Unidos, precisamente el país que apoyó durante años al régimen de derecha responsable de su asesinato y con amplios sectores de su propio catolicismo que nunca vio con buenos ojos la predicación del obispo de San Salvador. Evidentemente, la fuerza de la santidad supera la fronteras territoriales e ideológicas y se abre camino donde nadie lo hubiera imaginado. 

“La quincena por la Libertad”, es una campaña nacional promovida por la Conferencia Episcopal de Estados Unidos que comienza el 21 de junio, “para fomentar la libertad religiosa y defender el derecho de las instituciones y fieles religiosos a ejercer su libertad de conciencia en la sociedad contemporánea norteamericana”. Este año, en el restringido número de las figuras ejemplares que proponen los católicos de Estados Unidos se incluirá a Romero en el grupo de testigos elegidos, que reúne santos del calibre de John Fisher y Tomás Moro, cuyas reliquias este verano están llevando en peregrinación de estado en estado. Hay santos contemporáneos como Maximiliano Kolbe, Edith Stein, Kateri Tekakwitha y el beato mexicano Miguel Pro, y algunos de los primeros mártires, como Pedro y Pablo, Juan Bautista y las santas Felicidad y Perpetua. También se encuentran las Hermanitas de los Pobres, por su lucha en contra del mandato anticonceptivo de la ley sanitaria de Estados Unidos 
El sitio SuperMartyrio de Carlos Colorado, siempre atento a todo lo que se refiere al beato salvadoreño, junto con la noticia refiere la crítica de sectores progresistas del catolicismo norteamericano que consideran que la elección del obispo mártir es una decisión que no le hace justicia. Una razón más para sorprenderse por la inclusión de Romero como apóstol de la libertad. 

La interpretación “conservadora” pone el acento en el hecho de que Romero luchó contra los ataques del gobierno contra la Iglesia y que si bien reclamaba una mayor justicia social no promovió el estatismo como panacea de todos los males. Además, afirman, quería restaurar una “civilización cristiana” para promover valores humanistas en la sociedad. Otro argumento tomado de la poliédrica personalidad del “Santo de América” apunta al hecho de que acusaba al gobierno de complicidad en los asesinatos de sacerdotes que defendían a los pobres pero también de querer liberalizar las restricciones contra el aborto, al que la Iglesia de El Salvador se oponía (homilía del 2 de octubre de 1977). En este sentido se cita la homilía del 17 de junio de 1979 en la cual el obispo de San Salvador comparó el aborto con la represión del Estado. “Creía que el Pueblo Salvadoreño—el fiel y santo Pueblo Salvadoreño, como lo llamaba—sería su propio liberador”, afirma SuperMartyrio. Con una aclaración, dirigida a los reformadores: “Pero si de verdad amamos al Pueblo y si queremos defender al Pueblo, entonces no podemos quitarle lo que tiene el mayor valor, es decir, su fe en Dios, su amor por Jesucristo, y sus sentimientos cristianos” (homilía del 13 de enero de 1980). 

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