sábado, 25 de junio de 2016

LA FIRME RESOLUCIÓN

     Cuando se iba cumpliendo el tiempo de ser llevado al cielo, Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén… Jesús, a pesar de las dificultades que tenía, y de las que veía venir, tomó la firme resolución de permanecer fiel a la voluntad del padre. No retrocedió. Bien sabía que era rechazado por las autoridades, por los poderosos, que buscaban ponerlo a prueba, que incluso arriesgaba su vida, pero prosiguió su camino a Jerusalén con determinación.

     El papa tomó la firme resolución de visitar un campo de refugiados y denunció con valentía el genocidio que éstos estaban padeciendo cuando huían de sus países a causa de la pobreza, del hambre, la guerra…

     Un médico tomó la firme resolución de marchar a un hospital congolés para prestar su servicio incondicional a cuantos enfermos pudiese, para paliar, aunque fuese un poco, la falta de personal sanitario.

     Los cristianos de Níger tomaron la firme resolución de buscar los caminos del diálogo, la reconciliación y la paz con la comunidad musulmana que era mayoritaria en el estado… El clero y sus obispos estaban a la cabeza.

     Unas mujeres, víctimas de la brutal violencia de algunos hombres, tomaron la firme resolución de no dejarse vencer por el miedo. Denunciaron a sus agresores y arroparon a las mujeres que padecían circunstancias semejantes para que también denunciasen.

     Un grupo de jóvenes tomó la firme resolución de luchar contra las adicciones de la droga, el alcohol, las nuevas tecnologías, tendiendo la mano a los que pasaban por estas dificultades, y organizando actividades lúdicas, deportivas, excursiones, trabajos sociales con ancianos, enfermos. Entre todos abrieron horizontes nuevos dónde todo parecía perdido.

     Los vecinos de un pueblo tomaron la firme resolución de repoblar la sierra quemada replantando los árboles que hiciese falta… Lo hicieron siguiendo el dictamen de los guardas forestales.

     Un grupo ciudadano tomó la firme resolución de desplazarse en bicicleta para paliar los daños de la contaminación y aportar su ayuda en la lucha por frenar el cambio climático. Su ejemplo cundió y  en aquella ciudad todos respiran mejor.

     Los políticos no se sabe si tomarán la firme resolución de, pasadas las elecciones, llegar a acuerdos y pactos que garanticen la gobernabilidad de la nación y el bien común.

     Hoy tomo la firme resolución de pedirle a Dios conocimiento interno de Jesús, como sugería Ignacio de Loyola, para conocerlo mejor, amarlo más y mejor seguirlo… Y tomo la firme resolución, como decía Marion de Bresillac, de ser misionero desde el fondo de mi corazón.

     Ojalá todos tomemos la firme resolución de apostar por el reino y los valores del evangelio.

         Desde Vélez de Benaudalla un abrazo grande. Paco Bautista, sma.


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