viernes, 29 de enero de 2016

Dom 31.1.16 

Hijo de José, 

una ruptura de evangelio

Xabier Pikaza
Dom 4 tiempo ordinario. Ciclo C. Lc 4, 21-30.
Continúa el tema del domingo anterior, centrado en el sermón de Nazaret (Lc 4, 18-20), donde Jesús anunciaba la liberación de los oprimidos y cautivos.
Lucas sigue insistiendo en ese motivo, pero desde la perspectiva del enfrentamiento de Jesús con su pueblo (que apela al recuerdo de José, en contra de Jesús).
El contraste entre Jesús y su pueblo (en un contexto de familia) aparecía en Mc 6, 1-6 y de forma parecida en Mt 15, 35-38. Pero Lucas lo ha reelaborado de un modo intenso, distinguiendo y separando a Jesús de su “padre” José, que aparece así como signo del judaísmo nacional-nacional, mientras Jesús aparece como signo del judaísmo nacional-universal.
No sabemos si Jesús se enfrentó en su juventud a su padre José, ni sabemos cuando murió éste. Pero lo cierto es que, según el evangelio de Lucas, los vecinos de Nazaret (sus paisanos) suponen que Jesús no sigue en la “buena línea” de su “padre”. El evangelio de Lucas ha reelaborado la escena y ha recreado el tema con unas variantes muy significativas.
Es muy posible que, en su conjunto, la Iglesia no haya recuperado la imagen y signo de este José de Lucas 4, ni haya planteado desde este fondo, con todo rigor, sus relaciones con el judaísmo nacionalista de su familia, con la ruptura posterior que ello ha implicado para Jesús.
Resumen en seis puntos
1) Lucas ha introducido en este contexto el famoso sermón programático de Nazaret (¡Anunciar la libertad a los cautivos!: Lc 6, 18-20), que aparecía en la liturgia del domingo anterior. Precisamente en Nazaret, donde se supone que debe defender la opción particular de su pueblo y tribu, Jesús ofrece un mensaje universal de “gracia” (perdón), omitiendo el “detalle esencial” del castigo de los enemigos.
2) En vez de referirse a la madre y hermanos (como hacen Marcos y Mateo en sus textos paralelos), Lucas cita a José de un modo muy significativo. Es evidente que todos en el pueblo le conocen, de forma que al preguntar ¿no es éste el hijo es José? no están refiriéndose a un parentesco biológico (dado por supuesto), sino “ideológico y práctico”. Los nazarenos están afirmando retóricamente que Jesús no sigue en la línea de su “padre” que para ellos se había mantenido en línea buena.
3) Jesús se defiende apelando a dos famosos profetas del entorno galileo (Elías y Eliseo), quienes, siendo muy israelitas, habían, defensores a ultranza del Yahvismo, habían abierto desde el mismo Dios-Yahvé su acción sanadora a las personas del “odiado” entorno (a los fenicios y sirios), superando así el particularismo israelita.

4) Todo culmina en un linchamiento frustrado. Jesús ha roto con Nazaret, que parece una aldea de nazareos/nazireos mesiánicos. Él será “nazareo”, defensor de las tradiciones de David, en línea israelita, pero lo será de otra manera, enfrentándose así a la opción que había mantenido José (y con José los nacionalistas de Nazaret). Jesús será también nacionalista, gran judío, pero lo será en sentido universal: abriendo el mensaje judío a todos los pueblos.. Ésta “herida y ruptura” entre Jesús y su “padre” está en el origen del mensaje cristiano.

5) La figura de José ha sido recuperada “piadosamente” (en ámbito de fe) por Mt 1-2 y Lc 1-2 y así la venera la Iglesia (aunque de forma quizá muy insuficiente). Todo nos permite suponer que la figura del José real, un recio nazareo, nacionalista mesiánica (en una línea que estaría más cerca de los celotas posteriores), aparece aquí mejor esbozada que en los evangelios de la infancia de Mateo y Lucas (y lo mismo suce Jn 1, 45 y 6, 42, confirmándose así, una vez más, las conexiones entre Lc y Jn).

6) Se plantea así un tema apasionante, tanto en relación a José (un “justo” nazareo, buen judío mesiánico), como en relación con Jesús, su “hijo”, que aparece abriendo un camino de mesianismo universal, que está en la base del cristianismo. Es claro que no puedo desarrollar todos los temas aquí implicados, pero intentaré esbozarlos, dejando quizá para otro día la figura de José y el sentido de la evocación de Elías-Eliseo. Buen fin de semana a todos.
Para seguir leyendo:
http://blogs.periodistadigital.com/xpikaza.php/2016/01/29/p379650#more379650

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