las mujeres podrán rezar
con los hombres
en el Muro de los
Lamentos
(I. Gómez Acevo)
No ha sido fácil pero han ganado la batalla “las
mujeres del muro”, título por el que se conoce a un grupo de judías,
en su mayor parte estadounidenses, que exigían un espacio compartido con los
varones para rezar ante el muro de las Lamentaciones.
El grupo fue fundado por Anat Hoffman en 1988 con la intención de que se les
autorizara a rezar con el talit (manto de oración), los tefilín
(las cajitas de cuero atadas con correas que contienen versos
sagrados) y poder recitar la Torá en voz alta (t'fila
en hebreo significa la oración). Son las cuatro "T" de la protesta
que los rabinos consideran una traición a la ortodoxia.
Tomó el relevo de Hoffman, Sarah Silverman, que consiguió cuatro
millones de seguidores en las redes sociales, a los que mantuvo
informados de la detención de su hermana Susan y de su nieta Hallel
por el gobierno israelita. Un fallo del Tribunal Supremo en
2003 las consideró culpables por intentar romper las tradiciones y
sensibilidades de los demás fieles. Pues para mantener viva la
demanda, todos los meses durante años, se pusieron los chales rituales e
intentaron rezar junto a los hombres.
Su insistencia consiguió que Benjamin Netanyahu planteara el tema
entre sus ministros para que votaran. La enmienda se ha aprobado
por quince votos a favor contra cinco en contra que emitieron los representantes
de los judíos ortodoxos. Hay que reconocer que algunos rabinos tradicionalistas
presionaron a los ministros porque no querían tener más disturbios en la Ciudad
Vieja de Jerusalén, ya que algunos religiosos ultra ortodoxos, atacaron numerosas
veces a esas mujeres y consideraron que más valía hacer concesiones que
arriesgar un derramamiento de sangre.
Tras la resolución el primer ministro decidió nombrar a Nathan
Saransky, héroe de la resistencia soviética y con gran predicamento en
el país, para que encontrara una solución que contentara a todos.
Decidió que se levantaría una plataforma, lo que no satisface
a nadie porque las mujeres consideran que se configura el espacio como una zona
segregada y el gran rabino Shmuel Rabinowitz, a cargo de velar por el Muro
Occidental, ha declarado que “tardarán años en que los daños causados por este
sacrilegio puedan ser subsanados”.
No sé lo que pasa en todas las religiones con las mujeres
pero sus pretensiones siempre son mal vistas. Creo que la
culpa la tienen las tradiciones pues en sociedades patriarcales no cabía el
protagonismo femenino que hoy se demanda.
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