Fallece el Padre F. Cardenal sj
"¡Gracias por tu testimonio, compañero!"
Fernando Cardenal, amigo de Jesús y revolucionario
"Era un gran pedagogo y un enamorado de las causas justas"
El Papa Francisco está abriendo muchos caminos. Él ha dicho: Démosle menos importancia a las normas y más a la misericordia
Jaime Escobar
Hace unas semanas nos enteramos en Chile que nuestro amigo Fernando Cardenal, jesuita por más de 50 años y teólogo de la liberación, sería operado en Managua. Han pasado los días y hoy recibimos la triste noticia; el Padre Fernando -amigo de Jesús y revolucionario- a sus 82 años, a partido a la casa del Padre.
Escribo estas líneas a vuela pluma, como un sencillo y merecido reconocimiento a Fernando Cardenal, le conocí en los años 80 en Managua, eran los tiempos en que Fernando, a solicitud del gobierno Sandinista, era Ministro de Educación, cargo que ejerció brillantemente entre 1984 y 1990. Fue desde ese servicio que Fernando desplegó todas sus energías y talentos a favor de los jóvenes de Nicaragua, ya que su reforma educacional y campaña nacional de alfabetización fue un acontecimiento reconocido por todos, hasta por la Unesco. Ese novedoso proyecto educativo sacó del analfabetismo a miles de niños, jóvenes y ancianos, castigados de por vida a permanecer en la ignorancia.
Recuerdo como si fuera ayer cuando Fernando Cardenal, en la casa jesuita de Bosques de Altamira de Managua, junto a otros religiosos notables como Xavier Gorostiaga, Cesar Jerez, Peter Marchietti, Juan Hernández y otros destacados hijos de Loyola, me instó a escribir algo sobre el difícil proceso revolucionario de Nicaragua de esos años. Le dije que lo mío no era escribir y me respondió que "para transmitir vivencias justas no era necesario ser escritor...". Así nació "Nicaragua la difícil Misión", texto crónica prologado gentilmente por Fernando, buen amigo de vida inquieta, austera y distante de todo poder dominador.
Han pasado los años y nunca dejamos de saber cómo va la vida social-política tanto en Chile como en Nicaragua, vibrando también por la llegada de Papa Francisco al Vaticano y todo lo que ello ha significado para la Iglesia y el mundo. Punto de enorme interes común fue la promulgación de Evangelii gudium y, por cierto, de Laudato si...
Este compañero jesuita, siempre agradecido por la solidaridad cuando en esos años se le suspendió el sacerdocio por su fidelidad total al pueblo de Nicaragua, recordaba con alegría ciertos avances, preparación y acción del mundo laical. Son ustedes los que tienen la responsabilidad de difundir el Evangelio en zonas populares y juveniles, repetía sin cansancio. Era un gran pedagogo y un enamorado de las causas justas.
En este momento triste por su deceso, pero con la Esperanza cierta de que está -por fin- junto al Padre justo y bueno, les comparto una pincelada de lo que fue la presentación al libro que he comentado: "Es por eso hermano que respondo a tus inquietudes. Me referiré a dos tópicos de gran interés, como lo son, por una parte la labor y presencia de los cristianos en esta revolución, y, por otro lado a las necesidades del país para consolidar y hacer avanzar el proceso... Tómalo como un aporte esperanzador sobre cuál debería ser la transformación radical de los pueblos pobres de Latinoamérica, puesto que todos tenemos la obligación moral y además el justo derecho a ejercer, de alguna forma, la difícil tarea de luchar por la liberación, legítima y necesaria para dejar de ser colonias del gran imperio...".
Termino con estas palabras de Fernando -siempre libres y proféticas- que nos invitan a un sereno discernimiento, expresadas a una periodista amiga el 19 de octubre de 2015: "Les digo: procedan por libertad. Por amor a esa gente quise hablar, por amor a los homosexuales, por amor a todos los que están sufriendo normas, prohibiciones del Derecho Canónico, de todos los sectores, que no vienen de Jesús. El Papa Francisco está abriendo muchos caminos. Él ha dicho: Démosle menos importancia a las normas y más a la misericordia".
¡Gracias por tu testimonio, compañero Fernando Cardenal, descansa en Paz!
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