!Córtala...!
¡No,
déjame cuidarla
un año más!
Xabier Pikaza
Comenté ayer la primera parte del evangelio del domingo (3 cuaresma, ciclo C), tomada de Lc 13, 1-5, donde se cuenta la historia de la torre de Siloé que mató a 18 judíos y la represión de Pilato, que asesinó a un grupo indeterminado de galileos, en el mismo templo de Jerusalén.
Las dos partes de esa historia terminaban con la dura advertencia: Si no os convertís, todos igualmente pereceréis. Por ella mostraba Jesús el riesgo de muerte en que nos encontramos, desde un punto de vista más ecológico (torres que caen) o más social (levantamiento y asesinatos políticos).
Pues bien, en ese contexto ha querido añadir el Evangelio de Lucas el signo de la higuera estéril que el Señor quiere cortar, pues no da fruto (Lc 13, 6-0). Es un primer momento esa higuera parece referirse a Israel; pero en un sentido más extenso, tal como la interpreta Lucas, ella se refiere al conjunto de la humanidad.
-- Da la impresión de que el Señor (Dios) está cansado de un mundo que se seca y no da fruto. Por eso manda al criado/viñador y le dice ¡Córtala! Ésta es la palabra lógica: Dios tenía que haber destruido este mundo
-- Pero alguien, a quien Lucas llama Viñador, tiene compasión de la higuera y le dice al Señor ¡dale de nuevo una oportunidad, doy a cuidarla!
De esa oportunidad y ese cuidado del viñador vivimos (¡el Dios de la justicia nos habría destruido ya!), por ella nos mantenemos. Así le seguiré indicando.
No olvide el lector que se trata de una parábola, pero eso no significa que su argumento no sea serio, sino todo lo contrario. Buen día a todos.
Para seguir leyendo:
http://blogs.periodistadigital.com/xpikaza.php/2016/02/27/icortala-ya-o-deja-que-la-cuide-un-ano-m
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