domingo, 19 de julio de 2015

Ariel Álvarez Valdés

Las muertes más absurdas de cada año, revelados por los premios Darwin



Un terrorista que muere tras abrir su propia carta bomba al ser devuelta por el servicio de correos después de no haber colocado los suficientes sellos en el sobre.
Pierde la vida al engancharse en un tren con un carrito de la compra para ahorrarse el billete.
Un joven se dispara en la cabeza con un arma para mostrarle a su amigo que lo que tenía en la mano era una pistola real. U otro es capaz de pegarse un tiro en el pie para saber lo que se siente.
Dejarse degollar para demostrar que un curandero es capaz de resucitarte no es buena idea o robar el cable de cobre de un ascensor logrando que este caiga sobre ti y te mate.
Hacer juegos malabares con granadas, saltar de un avión para filmar con su cámara a los paracaidistas y olvidarse del paracaídas, morir por la ingesta sobrecogedora de viagra, o ser capaz de degollar su propia cabeza con una motosierra delante de los amigos son algunas de las muetes absurdas recogidas por este premio.

En el último año, 

los hombres fueron más tontos que las mujeres

En los premios Darwin de 2014 se recogieron un total de 332 muertes nominadas al galardón previa verificación de la estupidez del acto. De las 318 candidaturas válidas, sólo 36 eran de mujeres. Es decir, el 88,7% de las muertes absurdas presentadas habían acabado con la vida de un varón.

Según los expertos, la mayoría de las ocasiones, los protagonistas de estos fallecimientos se decidieron a realizar los actos que acabaron con su vida para conseguir la estima social o por el simple hecho de fanfarronear o no tener conciencia del riesgo. El alcohol y las drogas tampoco ayudan.

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