Las muertes más absurdas de cada año, revelados por los premios Darwin
Un terrorista que muere tras abrir su propia carta bomba al ser
devuelta por el servicio de correos después de no haber colocado los
suficientes sellos en el sobre.
Pierde la vida al engancharse en un tren con un carrito de la compra
para ahorrarse el billete.
Un joven se dispara en la cabeza con un arma para mostrarle a su amigo que
lo que tenía en la mano era una pistola real. U otro es capaz de pegarse un
tiro en el pie para saber lo que se siente.
Dejarse degollar para demostrar que un curandero es capaz de resucitarte no
es buena idea o robar el cable de cobre de un ascensor logrando que este caiga
sobre ti y te mate.
Hacer juegos malabares con granadas, saltar de un avión para filmar
con su cámara a los paracaidistas y olvidarse del paracaídas, morir por la
ingesta sobrecogedora de viagra, o ser capaz de degollar su propia cabeza con
una motosierra delante de los amigos son algunas de las muetes absurdas
recogidas por este premio.
En el último año,
los hombres fueron más tontos que las mujeres
En los premios Darwin de 2014 se recogieron un total de 332 muertes nominadas
al galardón previa verificación de la estupidez del acto. De las 318
candidaturas válidas, sólo 36 eran de mujeres. Es decir, el 88,7%
de las muertes absurdas presentadas habían acabado con la vida de un varón.
Según los expertos, la mayoría de las ocasiones, los protagonistas de estos
fallecimientos se decidieron a realizar los actos que acabaron con su vida para
conseguir la estima social o por el simple hecho de fanfarronear o no tener
conciencia del riesgo. El alcohol y las drogas tampoco ayudan.
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