viernes, 20 de marzo de 2015

Como grano/cruz de trigo... Morir dando vida

Xabier Pikaza


Dom 5 cuaresma. Jn 12, 20-33.Avanza la cuaresma, y este evangelio nos sitúa ante una experiencia radical de muerte por amor, como grano de trigo...

Esta es una experiencia universal. Sólo el trigo que “entrega” su vida es fecundo: se vuelve semilla y da fruto de espigas, se transforma en alimento (pan compartido…).
Así lo supieron todas las religiones, al menos desde el tiempo del neolítico, los grandes cultos dedicados al “misterio” de la vida. Así lo ha sabido Jesús y lo ha dicho no sólo en la eucaristía, sino en la imagen de fondo de este evangelio del domingo:
‒ El mismo Jesús es el grano de trigo al que matan y entierran, asesinan y expulsan, los violentos del mundo. Pero Jesús, trigo de amor hecho “persona”, muere como semilla fecunda de vida, diciendo “éste es mi pan, comed…”.
‒ La Cruz de Jesús, grano de trigo, es el lugar de amor más hondo. Ciertamente, le han matado los enemigos de la vida, pero él ha muerto por amor a la vida, de manera que en su muerte ha venido a revelarse la gracia creadora de Dios, a quien él llamaba Padre.
‒ Dios es grano de trigo, Trinidad de Vida. Si él se dejara matar con los asesinados, víctima universal, por amor fecundo de vida, no sería el Padre de Jesucristo, el más pobre y pequeño, siendo así al más grande, la máxima riqueza, la Vida que triunfa en (por) la muerte.
‒ La Cruz de Jesús, grano de trigo, es la revelación (demostración, presencia) del amor del Padre, el secreto y sentido superior del Universo, aquella Realidad originaria que los creyentes descubren y veneran como Espíritu Santo.
Desde ese fondo he querido retomar algunas reflexiones anteriores y, partiendo del evangelio de Jn 12, grano de trigo, he desarrollado una sencilla meditación sobre los trece sentidos de la Cruz de Trigo, sobre el Dios que es amor concreto, encarnado y glorificado.

Evangelio del domingo. 
El grano de trigo: Jn 12, 20 ss
Si el grano de trigo no cae en tierra y muere,
queda infecundo;
pero si muere, da mucho fruto.
El que se ama a sí mismo se pierde,
y el que se aborrece a sí mismo en este mundo
se guardará para la vida eterna.
Y cuando yo sea elevado sobre la tierra
atraeré a todos hacia mí…

Esto lo decía dando a entender
la muerte de que iba a morir.

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