sábado, 5 de octubre de 2013

El Papa se encuentra con uno de los jesuitas torturados por Videla

Franz Jalics fue secuestrado junto a Orlando Yorio


Bergoglio era entonces provincial de la Compañía en Argentina

Abrazo y encuentro entre Papa Francisco y el padre Franz Jalics, el jesuita húngaro, que hoy tiene 87 años y que en 1976 fue secuestrado por el régimen militar de Videla, junto al también jesuita Orlando Yorio. Los dos fueron torturados y estuvieron detenidos durante 5 meses.
Jorge Mario Bergoglio era el provincial de los jesuitas y actuó con mucha discreción para salvarlos, pero los militares del dictador argentino hicieron creer a los dos religiosos que había sido justamente el actual Pontífice quien los había denunciado y abandonado a su suerte. Tuvo que pasar mucho tiempo para que Jalics reconociera en público toda la buena fe de su entonces superior.
Jalics y Yorio dejaron incluso la Compañía de Jesús. Jalics volvió a ella,pero Yorio, que ya ha fallecido, se negó. Sobre todo el periodista Horacio Verbitsky esgrimió acusaciones en contra de Bergoglio, pero algunos indican que ambientes cercanos a la presidencia de Cristina Kirchner las fomentaron, como respuesta a las críticas del entonces cardenal de Buenos Aires.
Como sea, el padre Jalics disipó cualquier duda con respecto a Bergoglio: en el sitio jesuiten.org el anciano religioso, que hoy vive en Alemania, afirmó el 21 de marzo que había creído durante mucho tiempo que había sido víctima de un delator, pero que desde la década de los 90 se convenció de que no hubo ninguna denuncia, mucho menos del actual Pontífice.
Jalics, uno de los jesuitas secuestrados durante la dictadura militar del teniente general Jorge Rafael Videla, en 1976, precisó en marzo pasado que el entonces padre Jorge Maria Bergoglio y provincial de la Compañía de Jesús en Buenos Aires no fue el responsable de la acusación ante la Junta Militar que llevó a su secuestro y el del padre Yorio, también jesuita. De hecho, considera que "por su parte el asunto está cerrado".
En un segundo comunicado publicado en la página de la congregación en Alemania, el padre Jalics escribió que "se siente casi obligado" a corregir los comentarios que circulan porque "el hecho es que Yorio y él mismo no fueron acusados por el padre Bergoglio". Aún así, admitió que "durante unos años pensó que habían sido víctimas de una acusación" aunque indica que a finales de los '90 llegó a la conclusión de que "la sospecha era infundada". Además, aseguró que "ya se reconcilió con Bergoglio celebrando misa juntos".
Por otra parte, señala en ese portal que en los círculos de los jesuitas "se difundió la información falsa de que habían sido detenidos porque pertenecían a la guerrilla". En este sentido, afirmó que estos rumores pudieron verse provocados por el hecho de que permanecieran encerrados varios meses, en lugar de ser liberados de inmediato.
La detención de los dos jesuitas se debió a la conexión que ambos tenían con una catequista que había trabajado con ellos en los barrios pobres de Buenos Aires y que más tarde había entrado en la guerrilla. Se agrega el hecho de que cuando los militares argentinos vieron en los documentos del padre Jalics que había nacido en Budapest, pensaron que era un espía ruso, explicó el mismo jesuita.
El padre Jalics y su compañero Yorio fueron secuestrados en 1976 y sometidos a un interrogatorio durante cinco días, según explicó el primero en un comunicado el pasado 15 de marzo. Al terminar el proceso, el oficial al mando de la investigación les aseguró que "no tenían la culpa" y que "se aseguraría de que pudieran volver a trabajar en los barrios pobres". Pese a ésto, "los mantuvieron esposados, con los ojos vendados y bajo custodia durante cinco meses más", narró.

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