lunes, 30 de noviembre de 2015

Paris, Cumbre del Clima. La guerra que no cesa

Xabier Pikaza
El riesgo ecológico es un problema central de la humanidad, como acaba de indicar en África (patio trasero del mundo), el Papa Francisco, mientras en París discuten los líderes del salón solemne de la casa/mundo, protegidos por muchos policías, diciendo que quieren echar menos humos al aire (o que no se vea demasiado).

Se trata de un problema nuevo, exacerbado hasta el paroxismo por la triple amenaza de la bomba atómica, biológica y del conflicto social, a la que ahora se une la bomba más gorda de la anti-ecología, es decir, del anti-mundo de los grandes poderes económico-políticos, que quieren ponerle una mecha al globo tierra, haciendo así una bomba, que estalle. Es como si dijeran "comamos y bebamos, que mueran nuestra hijos, que la vida es corta, mientras nosotros andamos tranquilos".
Ésta es una advertencia clave para el tiempo cristiano de Adviento, en París, capital de la cultura burguesa, tomada de nuevo por la policía (como estuvo hace dos semanas ante la bomba horrible, pero menos peligrosa, de Isis.
Siendo muy actual (¡diciembre 2015), éste es, al mismo tiempo, un desafío muy viejo, como de forma profética había descubierto y expresado la Biblia en el relato del diluvio (Génesis 6-8), que comenté hace tiempo en un libro titulado Antropología Bíblica (Salamanca 2005), retomando su argumento, tras diez años, en el Gran Diccionario de la Biblia (Estella 2015).
He querido volver a presentarlo en este blog, porque he encontrado entre papeles una parábola del segundo diluvio.
Caen las hojas del otoño, apenas quedan ya tras la ventana; pero ellas volverán. Nosotros, en cambio, podemos destruir para siempre las fuentes de la vida de Dios sobre la tierra. Buena semana a todos. El hermano sol ha derretido la blanquísima helada de la meseta del Tormes. Es buena noticia, tenemos, al menos, un día más.
1. Relato antiguo.
El Arca de Noé (Gen 6-7) constituye un símbolo del riesgo de la vida, que puede ser destruída por el "pecado" de los hombres, como saben los reunidos en la Cumbre del Clima de Paris 2015. Aquellos aventureros que suben año tras año a buscar el Arca al monte Ararat, en el Cáucaso, pensando que si la encuentran demostrarán que “la Biblia tenía razón”, no han entendido nada, pues el texto de la Biblia no trata de un arca o barco salvador de antaño, sino del riesgo de muerte que nosotros provocamos.
El autor del diluvio no fue Dios, fuimos y somos nosotros. El arca, en cambio, es signo de la posible salvación en medio del diluvio; ella es para los creyentes la expresión concreta de la alianza de Dios con los hombres y de los hombres entre sí, unos hombres y mujeres que se reúnen y ayudan sobre un mismo barco, mientras se desata la furia de los elementos que ellos mismos han provocado.
Ésta es un arca que debe abrirse de manera generosa, con los animales de la tierra (cuadrúpedos, reptiles), un arca para todos los hombres y mujeres, de manera que ellos puedan amarse y transmitir la vida. Ésta ha de ser un arca universal y democrática, en la que deben acogerse de un modo especial los que actualmente permanecen excluidos del sistema, no sólo Ulises y algunos esforzados, no sólo Noé con su familia, sino todos los que actualmente padecen, arrojados por la borda, los asesinados y humillados, que no tienen hogar, ni ciudadanía legal (real) en este mundo, como sabe la Carta de Pedro, el amigo de Jesús (cf. 1 Ped 3, 19-22).
Esta barca ha de ser "patera" universal, no transatlántico de lujo donde algunos seguimos inventando bellas palabras, mientras mueren abajo, en las aguas oscuras, en miles de pateras (reales o simbólicas), millones de personas. La historia de esta barca-patera de Noé, que ha de abrir sus escotillas y camarotes para todos los hombres y mujeres de la tierra (con los animales), constituye una de las parábolas más fuertes y bellas (incluso esperanzadas) de la historia humana.
Muchos están bajo la amenaza del mar. Los que formamos parte del gran mundo (del trasatlántico de lujo), hemos expulsado a las cruces del al agua a millones de personas..., fingiendo quizá que lo ignoramos (¡pues los culpables son otros, la administración, como dirá el texto del nuevo diluvio, que después presentaremos!). Somos culpables y, sin embargo, la Biblia nos pondrá ante la esperanza del arco iris... Pero dejemos ese tema para más adelantes.
Gen 6, 9 Ésta es la historia de Noé: Noé era un hombre justo y cabal en su generación... 12 Dios miró la tierra, y he aquí que estaba corrompida, porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra. 13 Entonces Dios dijo a Noé: "He decidido el final de toda carne, porque la tierra está llena de violencia por culpa de ellos. He aquí que los destruiré junto con la tierra.
14 Hazte un arca grande de madera de coníferas (de abetos). Haz compartimentos al arca, y cúbrela con brea por dentro y por fuera... Hazle una claraboya y termínala a un codo de la parte alta. La puerta del arca estará a uno de sus lados. Construye también un piso bajo, uno intermedio y uno superior... 19 De todo ser viviente, de toda carne, meterás en el arca dos de cada especie, para que sobrevivan contigo.... 22 Y Noé hizo conforme a todo lo que Dios le mandó; así lo hizo.
2. Segundo diluvio. Una parábola abierta.
El texto es antiguo, creo, anda por la red. Yo me permito cambiarlo un poco. Cf.http://www.reflexionesparaelalma.net/page/reflexiones/id/359/title/Segundo-Diluvio
A principios del 2015, Dios visitó a Noé y le dijo:
"Una vez más la tierra se ha hecho inhabitable, superpoblada y llena de egoísmos. Debo actuar. Construye un arca y reúne una pareja de cada ser vivo así como algunos buenos seres humanos. Tienes 6 meses antes de que envíe la lluvia durante 40 días y 40 noches."
Seis meses después, Dios miró a la tierra y descubrió a Noé barriendo su patio, pero ningún arca. "Noé", gritó, "pronto enviaré la lluvia, ¡donde está el arca?"
"Perdóname, Dios mío," imploró Noé, "pero los tiempos han cambiado: Necesitaba un permiso de construcción para comenzar el arca, he debido discutir varios meses con el inspector sobre el sistema de alarma contra-incendios.
"Durante ese tiempo, mis vecinos se han reunido en asociación, porque violaba las normas de la comunidad construyendo un arca en el patio, y les iba a obstruir la vista! Hemos debido nombrar un tribunal de arbitraje para conseguir un pacto. A continuación, los servicios de urbanismo han presentado una memoria sobre los trabajos necesarios para hacer llegar el agua a mi patio: cuando les he dicho que el mar llegaría al arca, ¡no me han querido creer!
"Después tenía que cortar la madera, en cantidad suficiente: las asociaciones para la protección del medio ambiente se han unido para impedirme cortar árboles, so pretexto de que pondría en peligro a varias especies de animales. He intentado explicarles que al contrario, toda esa madera serviría para salvar muchas especies, de nada ha servido.
"Comencé a reunir parejas de diferentes especies, y la sociedad protectora de animales me atacó bajo el pretexto de que los iba a encerrar animales salvajes contra su voluntad, y en espacios demasiado pequeños: me acusan de actos de crueldad contra los animales.
"La Agencia de desarrollo sostenible, quiere hacer un estudio, y espero sus conclusiones todavía. La agencia de empleo también me ha echado un ojo encima: cómo es que voy a emplear trabajadores voluntarios, sin sueldo, protección social,... mientras que los sindicatos me prohíben emplear a mis propios hijos, debo emplear solo trabajadores de la construcción muy cualificados,...que pagan cuotas de afiliación.
"Para terminar, la Agencia Tributaria me ha confiscado todos mis bienes, so pretexto de que intentaba huir del país ilegalmente, mientras que Aduanas me acusa de querer pasar las fronteras con especies reconocidas en peligro de extinción.
"Perdóname Dios mío, tal vez habría necesitado más de 10 años para la construcción de ese Arca. Mira, es ya invierno, estamos en diciembre del año 2015... Además, se han reunido los sabios en París. ¿Qué puedo hacer yo?".
De inmediato, las nubes desaparecieron, y en el cielo brilló un espléndido Arco Iris (no se sabía si era de verdad o de cartón piedra, o de luces de Navidad adelantada por el Gran Comercio. Noé levantó la cabeza y dijo:
"Mira, Dios, lo que está brillando. Entonces, ¿no vas a destruir la tierra?".
"No es necesario". Respondió Dios, "la Administración se encarga, para eso se reúnen en Paris. No han aprendido ni con ISIS."

3. Las respuestas

La respuesta de la parábola es clara: Dios no necesita destruir la tierra a través de un diluvio, porque los mismos hombres se están encargando de ello. Según la parábola, el responsable básico de la destrucción de la tierra es "la administración", es decir, la política en sentido extenso. ¡Es lógico! Echamos la culpa a los que gobiernan, de izquierda o derecha, universalistas o nacionalistas, el Gran Capital o, sobre todo, el ISIS. ¡La culpa la Administración, un Gobierno o el otro!
La culpa es el hombre, pero hay un Gobierno culpable
En Italia donde he vivido mucho tiempo se decia: ¡Piove, porco Governo! ¡Lluevo, cerdo Gobierno! Si viene el diluvio y nos mojamos... la culpa es del Gobierno... Pero eso no puede hacer que olvidemos nuestra responsabilidad.
Posiblemente, los gobiernos deberían ser mejores, pero la culpa no es sólo de los "gobernadores" pues también nosotros hemos de cambiar, como saben los activistas de París... Éstos son algunos de los problemas, causados en parte por el hombre, con la complicidad de las administraciones:
1. Nuestro mismo consumo lleva al cambio climático con el calentamiento de la tierra
2. somos responsables de la elevación de las aguas por el deshielo
3. Nuestra forma de vida conduce a la destrucción de los bosques y de las masas verdes.
4. Noé pensaba el arca para defender a las especies animales (y con ellas a los hombres),pero hoy, al olvidar a muchos animales, ponemos en riesgo nuestra propia vida
5. Contaminamos de forma generalizada
6. Curamos antiguas enfermedades,pero suscitamos nuevas infecciones, corporales, mentales y sociales
7. Hay quizá una dosis de locura cósmica, pero nosotros extendemos una locura generalizada de tipo mental y social
8. Vivimos al borde de la lucha de todos contra todos (violencia universal, y no sólo de ISIS)
9. Muchos quieren bajarse de este tren y matarse, hay un riesto de suicidio, deseo de muerte, de todos los hombres.
10. En el fondo de todo hay un capitalismo, que no es ya salvaje de selva, sino muy civilizado, de guante blanco y propaganda
11. Quizá la causa más grave es la falta de amor por la tierra y sobre la tierra, nuestro olvido culpable de amor misericordia.
12. Está la bomba atómica, en manos de grupos de ciencia y de políticos más o menos responsables... También ella puede estallar, haciendo así que estalle la tierra entera como bomba de relojería programada con fecha de caducidad
13. Está la bomba biológica (manipulación y destrucción genética), queremos corregirnos, pero la corrección puede ser mucho peor que el oriinal
4. Una respuesta
Ciertamente, hay una muerte biológica, anterior a nosotros, pero nosotros mismos somos culpables de otro tipo de muerte, como decía san Pablo en Rom 5. Responsable de este muerte es "adam", en ser humano, en medidas distintas, con responsabilidades diferentes, al menos los que vamos en el piso del lujo del trasatlántico, mientras se hunden a los lados la pateras.
El pecado es grande, es fuerte el diluvio y hay que responder, porque todos somos Noé. Pero hay una verdad todavía más profunda: Dios (la Vida) encontrará un arca y en ella podremos salvarnos, abrir un camino de futuro, en amor.
Para los cristianos antiguos, el arca era el bautismo, es decir, la conversión de los cristianos..., una conversión social y cósmica. Yo quiero seguir en esa línea, pero abriendo también otros caminos. Quiero que la Iglesia cristiana sea (con otras religiones y creencias, con otros caminos de humanidad) un arca de esperanza. Pero eso significa que debemos asumir una responsabilidad, iniciar un camino, a favor de la vida de todos, en la tierra.
Me gustaría que los lectores del blog explicaran alguna de sos posibles signos y/o causas de destrucción... o buscaran otras... o destacarán la misericordia de Dios, es decir, de la Vida, que puede y quiere mantenerse, a pesar de nuestras destrucciones. ¿Podremos seguir hablando de la Iglesia como arca de humanidad, arco iris de esperanza? Estamos al fin del año litúrgico, es tiempo de buenas reflexiones.

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