La cuarta parte de la comida que va a la basura acabaría con el hambre en
el mundo
MADRID.- Reducir en un 25% la comida que perdemos o
desperdiciamos salvaría las vidas de los 795 millones de personas que
corren peligro de muerte por desnutrición, e incluso bastaría para cubrir las
necesidades de los más de 870 millones que padecen hambre, según un informe
de la Organización para la Agricultura y la Alimentación de Naciones Unidas
(FAO).
Naciones Unidas es incapaz de extraer aspecto positivo alguno del desperdicio
de comida, que no solo es uno de los principales factores de inseguridad
alimentaria; también es responsable de generar graves efectos contra el
cambio climático y es consecuencia y símbolo de la ineficacia de los
sistemas de distribución y consumición en el primer y tercer mundos.
Ambos
comparten cifras parecidas en lo que al vertido de alimentos se refiere: los
países industrializados tiran anualmente 670 millones de toneladas de comida
por 630 de los países en desarrollo. Tiramos casi la mitad de las frutas y
los vegetales (50%), por delante del pescado (35%), los cereales (30%) o la
carne (un 20%).
Ello
no quita para que según un informe de la Organización para la Agricultura y la
Alimentación de Naciones Unidas (FAO). Ello no quita para que los países ricos
sigan desperdiciando casi tanta comida (222 millones de toneladas) como la
producción entera del África Subsahariana (230 millones de toneladas), por no
mencionar la diferencia existente en el comportamiento individual. Un residente
de un país rico puede tirar entre 95 y 115 kilos de comida al año. En el
África subsahariana y en el sureste de asia, esa cantidad es solo de entre 6 y
11 kilos.
El futuro no ofrece más que alarmas. Las estimaciones indican que la
producción alimentaria en 2050 deberá ser un 60 por ciento mayor que la de 2005
para cubrir las necesidades de los 9.600 millones de personas que vivirán en el
planeta para ese año, y la complejidad de los sistemas de distribución de
alimentos, en lugar de aliviar el problema, solo han conseguido que se
manifieste de formas tan variadas como difíciles de combatir.
Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelanda son los países más
negligentes a la hora de desperdiciar comida. Entre todos ellos tiran el 39
por ciento de la comida que compran, seguidos de Europa, que arroja al
vertedero el 31 por ciento de los alimentos adquiridos.
Diferencia entre "pérdida" y
"desperdicio"
La
"pérdida de comida" no es intencionada y es un fenómeno
característico de los países en desarrollo. Se debe a deficiencias de
equipamiento, transporte e infraestructura. Sin embargo, el
"desperdicio" de comida, voluntario, es mínimo.
La situación es exactamente la contraria en los países ricos, donde entran en
juego otros factores, orientados a, o procedentes del consumidor. "Grandes
cantidades de comida", apunta la FAO, se desperdician debido a unos
estándares de calidad que sobreenfatizan la apariencia de los alimentos".
A ello hay que añadir el consumo excesivo, que nos lleva a comprar más comida
de la que necesitamos, y que después tiramos cuando expira su fecha de
caducidad.
Daño medioambiental
El
impacto medioambiental tanto de la pérdida como del desperdicio de alimentos es
muy elevado. El total de CO2 producido por la comida eliminada es de 3,3
gigatoneladas. Para hacerse una idea, si la comida desperdiciada o eliminada
fuera un país, sería el tercero en emisión de gases contaminantes del mundo,
solo por detrás de Estados Unidos y China.
Más aún: el ser humano usa cerca de 1.400 millones de
hectáreas (un 30 por ciento del terreno agrícola existente) para cultivar alimentos
que nunca llegan a consumirse. La cifra se dispara en el uso de agua
potable: desperdiciamos más agua para cultivar alimentos que nunca comemos que
la que pueden usar en todo un año gigantes como India o China.
"El cambio climático tiene que ver, por encima de todo, con el
desequilibrio entre nuestra economía de producción y consumo y la capacidad
de sustentación que ofrece el planeta", explica a The Guardian
Robert van Otterdijk, coordinador del programa para el ahorro de alimentos de
la FAO.
"La producción de comida es uno de los mayores sectores productivos del
mundo, y si un tercio de todo esto se produce en vano, imaginen el efecto que
puede tener en los recursos naturales, en la tierra, en el agua, en la energía
y en los gases que provocan el 'efecto invernadero'.
No hay comentarios:
Publicar un comentario