Casi medio millón de católicos pide al Papa
que no dé la comunión a divorciados
vueltos a casar
Cerca de medio millón de personas firmaron una
petición en contra de que el papa Francisco autorice la comunión a los
divorciados que se vuelven a casar y de condena a la unión entre
homosexuales, informaron este jueves los organizadores de la iniciativa.
Según la página internet www.filialsuplica.org, más de 462.700 personas en todo el
mundo habían firmado hasta este jueves la petición. Llamada "Filial
Súplica a su Santidad para el futuro de la familia", los firmantes
piden con ese mensaje al "papa Francisco que reafirme categóricamente la
enseñanza de la Iglesia de que los católicos divorciados y vueltos a casar
civilmente no pueden recibir la Sagrada Comunión y que las uniones
homosexuales son contrarias a la ley divina y a la ley natural".
La iniciativa fue lanzada por varias organizaciones católicas conservadoras,
conocidas por sus campañas en contra del aborto y que cuentan con el apoyo de
numerosos dirigentes de la Iglesia católica.
Entre los firmantes figuran varios obispos y cardenales, entre ellos el
estadounidense Raymond Burke, cuya influencia en la Curia Romana ha
disminuido tras la elección en 2013 del papa argentino.
El pontífice convocó para octubre un sínodo o asamblea de obispos de todo el
mundo para debatir varios temas que se anuncian complicados, si bien el
documento de trabajo divulgado en junio resulta una mediación entre posiciones
progresistas y conservadoras.
La cuestión de los católicos que se casan en segundas nupcias divide a la
Iglesia, al igual que el lugar de los homosexuales en su seno o las uniones
civiles. El tema es especialmente espinoso en los países en desarrollo,
opuestos a cualquier cambio y enfrentados a una línea más moderna, que aspira a
conseguir una cierta apertura.
El asunto suscitó fuerte debate durante el sínodo sobre la familia de
octubre pasado y deberá ser central durante el segundo sínodo, que tiene que
elaborar recomendaciones para el papa. La semana pasada Francisco pidió que
no se trate como excomulgados a los divorciados que se vuelven a casar.
"Los divorciados que se vuelven a casar forman parte siempre de la
Iglesia", afirmó el papa quien recordó que esas personas "no están
excomulgadas, como algunos piensan: ellas forman parte siempre de la
Iglesia", insistió Francisco.
Para la Iglesia, no se puede disolver un matrimonio religioso, y el derecho
canónico, que considera a las personas que se casan por segunda vez como
infieles a su primer cónyuge, las excluye de los sacramentos, incluida la
comunión.
La excomunión es, sin embargo, una sanción más dura, ya que también implica
la exclusión de la comunidad.
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