lunes, 13 de octubre de 2014

El Vaticano y una apertura sin precedentes sobre las parejas homosexuales

Cambios en la Iglesia.
Un documento difundido en el Sínodo Mundial de Obispos contiene admisiones sin precedentes de la "realidad de las familias" católicas.


Un documento difundido hoy en el Sínodo Mundial de las Familias, que entró en la fase final de sus deliberaciones, que concluirán el domingo, contiene admisiones sin precedentes de la "realidad de las familias" católicas, destacando los aspecto "positivos" entre parejas en concubinato, homosexuales y divorciados, pidiendo además respeto por las decisiones de las parejas sobre el control de la natalidad.

El cambio más audaz se refiere a la unión de parejas del mismo sexo, aunque rechaza en forma terminante la equiparación a un matrimonio. El teólogo Bruno Forte, que habló en la rueda de prensa, dijo que "me parece claro que un ser humano involucrado en diversas experiencias tiene derechos que deben ser protegidos". Aludía a las relaciones permanentes de parejas del mismo sexo. La agencia alemana Dpa tituló su despacho así: "El Vaticano abre la puerta a la legalización de parejas del mismo sexo".

Tras la primera fase del Sínodo Extraordinario que comenzó el domingo 5, con 240 intervenciones de los 257 participantes, de los cuales 191 son padres sinodales con derecho a voto, hoy se inició el trabajo de los "grupos menores", divididos en diez grupos, que elaborarán el documento final tomando como base la "Relación tras el debate" que resumió las orientaciones de los debates generales.

El cardenal húngaro Peter Erdo, relator del Sínodo, fue el encargado de presentar la "Relación tras el debate", que contiene novedades muy significativas.

Hay que recordar que este Sínodo Extraordinario convocado por Francisco hará solo propuestas y será complementado por un Sínodo Ordinario sobre la Familia, donde se tomarán las decisiones acerca la base de las propuestas que se votarán este fin de semana en un documento presentado al Papa argentino.

De hecho los dos Sínodos se presentan como uno de los momentos más importantes de este pontificado de grandes cambios que lidera Jorge Bergoglio. Muchos consideran que ambas asambleas constituyen una especie de Concilio temático sobre la familia, célula fundamental de la vida católica para 1200 millones de bautizados.

En la "Relación tras el debate", el cardenal Erdo dedicó especial "atención a las parejas del mismo sexo". Señaló que ellas "tienen dones y cualidades para ofrecer a la comunidad cristiana: ¿Estamos en grado de recibir a estas personas garantizándoles un espacio de fraternidad en nuestras comunidades?".

El documento señala ademas que "sin negar las problemáticas morales relacionadas con las uniones homosexuales, se toma en consideración que hay casos en que el apoyo mutuo, hasta el sacrificio, constituye un valioso soporte para la vida de las parejas. Además la Iglesia tiene atención especial hacia los niños que viven con parejas del mismo sexo, reiterando que en primer lugar se deben poner siempre las exigencias y derechos de los pequeños".

El cambio respecto a la posición tradicional de la Iglesia frente a la homosexualidad luce enorme. Hasta ahora era considerada un "intrínseco desorden" y en otros tiempos el delito de sodomía era castigado por la inquisición con la pena de muerte con la pira en la plaza pública.

Aunque en el pasivo del Sínodo queda la exclusión de los jóvenes en los testimonios (ninguno participó como auditor), un tema que según todas las encuestas les interesa vivamente es el del uso de los anticonceptivos. El documento que leyó el Relator del Sínodo sobre la "trasmisión de la vida" y el desafío de la disminución de los nacimientos, invitó a descubrir "el mensaje de la Enciclica Humanae Vitae de Pablo VI (que será beatificado el domingo al concluir la asamblea mundial), en que se subraya la necesidad de respetar la dignidad de la persona en la evaluación moral de los métodos de regulación de la natalidad".

Estas palabras son ambiguas pero parecen abrir el debate acerca de una mayor flexibilidad de la Iglesia en el uso de los anticonceptivos, que reclaman también muchos matrimonios católicos, como destacó una pareja de auditores brasileños que testimoniaron ante los obispos del Sínodo.

En la Relación leída por el cardenal Erdo se anunció que el Sínodo Mundial Ordinario de octubre de 2015, que adoptará las decisiones finales, se titulará: "La vocación y la misión de la familia en el mundo contemporáneo".

La apertura sin precedentes hacia las vidas reales de los católicos "muestra claramente que el Sínodo atiende las experiencias complejas y busca tratarlas con misericordia, como hizo Jesús, dijo el escritor jesuita James Martin.

El documento "tras el debate" que ahora consideran los diez "grupos menores" divididos en tres idiomas, los obispos dijeron que se debe aceptar "la realidad positiva de los casamientos civiles e incluso las convivencias, para ayudar a la pareja a comprometerse eventualmente en el matrimonio religioso.

Al parecer en el Sínodo se impuso la idea de aplicar el concepto teológico de la "ley del paso gradual" en las situaciones familiares difíciles, para estimular a los fieles a dar un paso por vez en la búsqueda de la santidad.

La Relación no tomó partido en la cuestión de los divorciados vueltos a casar. Mientras una amplia ala conservadora quiere dejar las cosas como están en nombre del matrimonio indisoluble por voluntad divina, los aperturistas, encabezados por el Papa Francisco, proponen volver a admitir a los católicos en esta "situación irregular" a los sacramentos a través de un camino penitencial, manteniendo la integridad del matrimonio religioso sacramental, pero quitando el severo castigo que existe hoy al excluir a los responsables de la comunión litúrgica.

El documento pide nuevas formas "valientes" de atender a las familias, especialmente a las que han sido "dañadas" por un divorcio. Por otra parte, la Relación promueve también la aceleración de los procesos de nulidad matrimonial, en la línea de Jorge Bergoglio que creó una comisión especial para este tema hace poco.

Francisco en la misa cotidiana matinal que celebra en la Casa de Santa Marta pidió a los fieles a estar abiertos "a las sorpresas de Dios".

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