miércoles, 8 de octubre de 2014

El Papa "zurdo"

Gobernador De la Sota y papa Francisco. (La Voz / Archivo)




Cuatro días después de que Jorge Bergoglio se convirtiera en el papa Francisco, el gobernador José Manuel de la Sota contó que el religioso había ayudado a su familia mientras él estuvo detenido durante la dictadura militar.


En el marco de la Cabalgata Brocheriana en Villa Dolores, el 17 de marzo de 2013, el gobernador cordobés señaló: "El Papa intercedió infinidad de veces cuando mi familia estaba desesperada al estar yo desaparecido, hasta que después me blanquearon como preso político", aseveró.
Un año después, en abril de 2014, el periodista Horacio Verbitsky aseguró que, a mediados de 1976, Bergoglio intercedió ante la dictadura para pedir por la libertad de José Manuel de la Sota, por entonces un joven dirigente del peronismo, que había ocupado cargos en la Municipalidad de Córdoba.
Sin embargo, el propio Papa se encargó de refrescar la verdadera historia, contada en ambos casos por diferentes motivos: en el libro Aquel Francisco, que se presenta este jueves (a las 19, Obispo Trejo 323) el sumo pontífice dice no recordar nada de eso: "No recuerdo nada de De la Sota. En aquella época es posible que haya habido alguna actuación, lo que pasa es que para ayudar a la gente que estaba pasando un mal momento durante la época de los 'milicos', teníamos un sistema muy celular, el mismo sistema que usaban también las fuerzas armadas: 'No información'; porque si caía uno de los que estábamos ayudando, no debía haber información para que no pudiera acusar a otros", les dijo a los periodistas Javier Cámara y Sebastián Pfaffen, autores del libro.
Y remata, por las dudas: "Así que probablemente un amigo mío estuviera más cerca de De la Sota, pero yo no recuerdo el episodio".
¿Ni peronista?
Francisco también afirma en el libro que no es real la anécdota difundida después de su elección según la cual en su adolescencia fue sancionado por llevar al colegio secundario un prendedor con el escudo peronista. "Vengo de familia radical, mi abuelo era radical del 90", señala.
Y agrega: "Yo siempre fui un inquieto de lo político (...) Después, en la adolescencia, tuve también una incursión por el zurdaje". "Pero nunca me afilié a ningún partido", destaca. Aunque señala que "en la exposición de la doctrina peronista hay una ligazón con la doctrina social de la Iglesia".

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